La investigación por el asesinato del precandidato presidencial y congresista Miguel Uribe Turbay dio un giro clave con la captura de Simeón Pérez Marroquín, alias El Viejo, quien, según la Fiscalía General de la Nación, habría sido el enlace directo entre los sicarios y la estructura de la Segunda Marquetalia en Caquetá.
 “La reciente captura de Simeón Pérez es un avance importante de la investigación, porque con él estamos entrando en una segunda fase”, explicó. “Estamos dando con quien habría sido el articulador entre el grupo operativo, que es el grupo de sicarios, y quienes habrían ordenado el magnicidio”.
  De acuerdo con la funcionaria, las pruebas apuntan a una conexión directa entre el detenido y la estructura de la ‘Segunda Marquetalia’ en Caquetá.
 Además, afirmó que es clave en la investigación la evidencia que se encontró de la cercanía con Peréz y la Segunda Marquetalia y que este debe ser el camino a seguir en el proceso.
 “En realidad, la Fiscalía ha insistido en que esa es la ruta que la evidencia le ha marcado casi desde el principio”, indicó, al recordar también el papel de Katherine Andrea Martínez, alias Gabriela, la mujer que ayudó a coordinar la logística del atentado contra el candidato presidencial. Señaló que es importante esa cercanía entre la mujer y la zona: “cómo viajaba a Florencia, a qué viajaba, por qué llegaba al Caquetá”.
 La fiscal añadió que las nuevas pruebas halladas tras la captura de Pérez “están confirmando esas teorías” y detalló que el señalado habría realizado labores de seguimiento al senador antes del crimen.
  “Pudimos determinar que Simeón, antes de la conexión con el grupo de sicarios que operó el crimen, estaba haciéndole seguimiento al senador. Eso es muy importante. Por eso hablamos de que es un eslabón distinto en esa cadena operativa que hemos venido descubriendo con mucha paciencia”, dijo. 
 Sobre el avance de la investigación, precisó que “Ha sido un trabajo muy juicioso donde no se han ahorrado esfuerzos para poder reconstruir cámaras, movimientos, celdas telefónicas, conexiones. Vamos poniéndole a diferentes actores caras e historias”, señaló.
 Finalmente, insistió en que la prioridad de la Fiscalía es mantener que la investigación esté basada en pruebas sólidas y que sea “no especulativa, basada en buena evidencia y que le dé respuestas al país”, concluyó.
        
  “Otros candidatos pueden estar en riesgo”: la alerta en caso Miguel U. 
  Durante la audiencia de judicialización contra alias El Viejo, capturado por el magnicidio de Miguel Uribe, la juez reveló información sobre otros posibles atentados contra candidatos. La captura de Simeón Pérez Marroquín dio apertura a una nueva fase en la investigación por el magnicidio del senador Miguel Uribe. Con su judicialización, considerado el hombre de más alto perfil implicado, las autoridades finalmente pudieron confirmar que la Segunda Marquetalia habría estado detrás de la orden de asesinar al precandidato presidencial.
 Así lo informó la propia fiscal general, Luz Adriana Camargo, al detallar que la principal hipótesis involucra a la Segunda Marquetalia.
 De acuerdo con el expediente, alias “El viejo”, sería el intermediario entre los determinadores y el grupo delincuencial que ejecutó el atentado el pasado 7 junio.
 “Con él estamos entrando en una segunda fase. Estamos dando con quien fue el articulador y quién lo ordenó. La evidencia que tenemos es su cercanía con la Segunda Marquetalia”, dijo la fiscal. La información habia sido dada a conocer días atrás por el director de la Policía Nacional que, en el mismo sentido, reveló que el determinador del crimen fue esa disidencias de las Farc.
     
  Nuevos hallazgos 
  La audiencia de imputación contra Simeón Pérez Marroquín, destapó información relevante y sobre todo inquietante para las autoridades mismas. Al citar a la Fiscalía, la jueza de control de garantías, reveló que la organización criminal no sólo ejecutó el atentado que terminó con la vida de Uribe Turbay, sino que ya tenía en marcha planes para atacar a otras personas con explosivos de alto poder destructivo. 
 “Se estaba orquestando otra conducta mucho más grave contra una persona que iba a ser cometida con explosivos. Ya se tenía adelantada esa conducta punible, ya tenían los explosivos. Entonces, esta organización no solamente cometió el atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay, había ya cometido otras conductas delictivas, otros atentados y ya estaba preparando la comisión de nuevos atentados, ya con explosivos”, citó la jueza. 
 Las nuevas pruebas presentadas por la Fiscalía muestran que la red coordinada por Pérez Marroquín, al servicio presuntamente de la Segunda Marquetalia, no se limitaba a planear y ejecutar un único magnicidio. La investigación detectó materiales, comunicaciones y maniobras logísticas que prueban la existencia de un plan más ambicioso y letal, con blancos políticos y territoriales aún por definir. Ante ese escenario, la jueza concluyó que existía un riesgo real de que la organización volviera a actuar y por ello impuso la medida de aseguramiento en centro carcelario para el Pérez Marroquín.
 “Es así como, pues también se ha establecido que, efectivamente, sí hay necesidad de esta medida de imposición de aseguramiento preventivo para evitar la reiteración y comisión de nuevas conductas punibles o atentados a otros ciudadanos, a otros departamentos o peor aún, a otros candidatos. Candidatos que puedan estar también en riesgo sus vidas”, agregó la togada.
 La Fiscalía ubicó a “El Viejo” en el centro de la cadena criminal. Lo señala como el articulador que controlaba desde la provisión de armas hasta la logística de pagos y la organización de fugas. Testimonios y pruebas técnicas lo vinculan con la entrega del arma modificada que fue usada en el ataque mortal contra Uribe. Ese encuentro, según la investigación, se produjo en el barrio Danubio Azul, donde habría entregado el arma a Katherine Martínez, alias “Gabriela”.
 Alias “Gabriela” aportó datos que permitieron trazar la red de órdenes y recursos. Afirmó que Pérez Marroquín le pagó para transportar un arma que sería usada en otro atentado y que, tras el ataque contra Uribe, el acusado le llevó dinero en una motocicleta Dominar 200 y la instó a huir al Caquetá. Además, declaró que recibió un teléfono y facilidades para desplazarse hacia el sur del país, donde supuestamente iba a recibir entrenamiento en francotirador y manejo de drones por personas vinculadas a la Segunda Marquetalia.
 En el teléfono de “El Viejo” se habrían hallado mensajes en los que advertía a sus cómplices que evitaran ser capturados, evidencia que, según la Fiscalía, confirma su papel de mando y capacidad para ordenar nuevas acciones criminales. Las autoridades también vinculan a otros implicados — entre ellos alias “El Flaco” y “Chipi”— quienes habrían actuado en coordinación para ejecutar el plan y facilitar la movilidad de los responsables.
 Por estos hechos, la Fiscalía imputó a Pérez Marroquín los delitos de homicidio agravado, concierto para delinquir, uso de menores de edad en actividades delictivas y porte ilegal de armas. El procesado no aceptó los cargos y quedó recluido en el Búnker de la Fiscalía mientras avanza la investigación.
 La captura de alias “El Viejo” se produjo en Puerto Lleras, Meta, en una operación conjunta entre la Policía Nacional y la Fuerza Aeroespacial. Las autoridades lo consideran cabecilla de una red dedicada al tráfico de estupefacientes, homicidios selectivos y reclutamiento de menores, con presencia en Bogotá y varias regiones del país. Su captura elevó a nueve el número de implicados presentados ante la justicia por el magnicidio del congresista.
 La investigación sigue su curso. La Fiscalía anunció que profundizará la recolección de pruebas sobre la procedencia de los explosivos, las rutas de financiamiento y el posible vínculo con grupos armados organizados que habrían facilitado entrenamiento y material logístico.
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