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Hasta el barrio Ciudad 2000, de Cali, agentes de la Fiscalía y de la Policía llegaron en las últimas horas para capturar a Carlos Alberto Rosero, conocido como alias Caliche, judicializado porque como médico estaría al servicio de las disidencias de las Farc que delinquen en el suroccidente del país.
A cambio, el profesional de la salud cobraría $45 millones al mes por la asistencia médica y la asesoría a las estructuras ilegales Iván Ríos y Alfonso Cano. Su tarea era atender a los disidentes que eran heridos en combate o que se enfermaban en el monte con virosis y otros padecimientos típicos de esa región, cercana a la frontera con Ecuador.
Para esa tarea, la Fiscalía descubrió que alias Caliche alcanzó a montar un consultorio clandestino en Tumaco, Nariño, al que todos llegaban pero que cada vez que querían trasladar, era levantado y llevado a otros sitios.
Sus servicios no terminaban ahí, además del seguimiento a los enfermos, Rosero, al parecer, también suministraba medicamentos y hasta realizaba procedimientos para interrumpir embarazos, práctica que si se hace en condiciones que no son idóneas puede resultar muy peligrosa para la vida de las mujeres.
Por esa cantidad de acciones irregulares, la Fiscalía le imputó a “Caliche” los delitos de concierto para delinquir agravado, y asesoramiento a grupos delictivos organizados y grupos armados organizados. Ante tal señalamiento, el procesado decidió no aceptar tales hechos, y por ahora será enviado a la cárcel mientras se le define su situación jurídica.
De acuerdo a Carlos Roberto Izquierdo, director especializado contra las Organizaciones Criminales, el caso está en manos de un fiscal de su área, quien ahora analizará todo la evidencia que recogió para la respectiva acusación.
Soy comunidador social y periodista. Me interesan, entre muchas cosas, temas de conflicto armado, medio ambiente y derechos humanos.