Interceptaciones telefónicas permitieron a la Fiscalía General de la Nación establecer que Michael Brayan Reyes Naranjo, alias Brayan, cabecilla del Tren de Aragua, continuó coordinando extorsiones, amenazas y disputas internas en Bogotá mientras permanecía recluido en la cárcel La Picota, usando llamadas y videollamadas desde un teléfono celular cuya interceptación había sido autorizada desde antes de su captura y que se mantuvo activa durante su reclusión, revelando la continuidad de operaciones criminales en la capital.
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Según pudo establecer el diario El Tiempo, las interceptaciones, iniciadas en febrero de 2023, muestran que alias Brayan continuaba dando instrucciones a miembros activos de la organización, pese a estar privado de la libertad. En varias conversaciones, el cabecilla se refiere a disputas internas dentro del grupo y a enfrentamientos con otros integrantes, a quienes acusa de traiciones y de ordenar ataques contra personas cercanas a su entorno.
En una de las comunicaciones interceptadas, alias Brayan asegura haber entregado información a las autoridades sobre miembros de la banda con los que mantenía conflictos, y afirma que los investigadores ya conocían los crímenes que se ejecutaban en establecimientos bajo control del Tren de Aragua. “La Fiscalía ya sabe todo, me creyeron todo lo que yo les dije y se los comprobé entonces estoy relajado”, se lee en uno de los mensajes conocidos.
Las grabaciones también dejan constancia de que el cabecilla presumía ante sus subalternos de supuestos privilegios dentro del centro penitenciario, al asegurar que llevaba una vida cómoda y que podía realizar videollamadas desde su lugar de reclusión. En esos diálogos, además, menciona a varios integrantes de la estructura criminal que, según él, quedarían comprometidos judicialmente.
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