La presencia sin control de perros y gatos en ecosistemas naturales está poniendo en riesgo la biodiversidad del suroccidente del Valle del Cauca.
Así lo advirtió la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC), que en los últimos cuatro meses ha registrado más de 30 casos de ataques o interacciones negativas entre animales domésticos y fauna silvestre en municipios como Cali, Jamundí y Yumbo.
De acuerdo con la Dirección Ambiental Regional Suroccidente de la entidad, al menos diez animales silvestres murieron como consecuencia directa de estas interacciones y otros tres tuvieron que ser sacrificados por la gravedad de sus lesiones.
Entre las especies más afectadas se encuentran zarigüeyas, iguanas, zorros cañeros, guatines, perezosos de dos dedos, erizos y aves como iguazas, azulejos y tangaras.
“Estos ataques no ocurren por maldad de los animales domésticos, sino por su instinto. Sin embargo, la responsabilidad recae plenamente en los dueños que los dejan en libertad o sin supervisión”, señaló Marilyn Velásquez, bióloga de la CVC.
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El problema es más evidente en zonas rurales y áreas protegidas, donde perros y gatos ingresan sin control a bosques, humedales y hábitats sensibles. Cámaras trampa de la Red Otus han registrado su presencia frecuente en áreas de alta importancia ambiental, lo que genera un impacto preocupante en los ecosistemas.
“Además de depredar, su sola presencia altera el comportamiento de la fauna silvestre. Algunas especies han cambiado sus patrones de alimentación e incluso comienzan a ver a estos animales como fuente de alimento o como competidores por recursos”, explicó Duván García, biólogo de la Dirección de Gestión Ambiental de la CVC.
La situación también representa un riesgo sanitario, ya que perros y gatos pueden transmitir enfermedades como parvovirus, moquillo, rabia y toxoplasmosis, todas con efectos graves sobre la fauna nativa.
Entre los casos recientes se encuentra la muerte de un erizo en la parte alta de Pance tras ser atacado por un perro, así como el de un perezoso en Yumbo, que sufrió más de diez fracturas provocadas por una jauría. La gravedad de sus heridas obligó a practicarle la eutanasia.
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La CVC advirtió que estos hechos no son aislados y llamó a la comunidad a ejercer una tenencia responsable de sus mascotas: mantener a los animales bajo control, evitar su ingreso a zonas naturales, garantizar su vacunación y esterilización, y no abandonarlos en áreas rurales o protegidas.
“La biodiversidad está siendo afectada por una problemática que es completamente prevenible. La convivencia entre animales domésticos y silvestres solo es posible cuando hay responsabilidad por parte de los humanos”, concluyó la Corporación.