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A medias, Petro lideró cónclave como preludio a las marchas de este 1 de mayo

Si bien su gabinete estuvo reunido sábado y domingo en Paipa (Boyacá), el Jefe de Estado solo llegó hasta ayer. Las movilizaciones del miércoles estuvieron en la agenda.

  • La directora del Dapre, Laura Sarabia, estuvo al frente del encuentro de la mano de la vicepresidenta Francia Márquez. El domingo arribó al fin el presidente Gustavo Petro. FOTO Presidencia
    La directora del Dapre, Laura Sarabia, estuvo al frente del encuentro de la mano de la vicepresidenta Francia Márquez. El domingo arribó al fin el presidente Gustavo Petro. FOTO Presidencia
29 de abril de 2024
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No fue inusual ni insólito para muchos ministros y altos funcionarios ver a Laura Sarabia liderando el cónclave del ‘Gobierno del cambio’ este fin de semana en el club militar de Paipa (Boyacá). Que la directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre) –considerado el computador de Palacio–, estuviese en la poltrona presidencial dirigiendo, coordinando y pasándolos al tablero uno a uno, en ausencia de Gustavo Petro, no parecía excepcional.

Sin embargo, con lo que sí hubo un dejo de extrañeza fue su ausencia a lo largo del sábado –incluso en su tribuna favorita: la red social X (antes Twitter)–. Solo hasta este domingo se dio su esperado arribo a un cónclave de ministros en el que las marchas del próximo miércoles 1 de mayo, aunque no concentraron el grueso de la agenda, sí fueron el derrotero del diálogo.

No es para menos. El llamado de alerta que significaron las multitudinarias movilizaciones del pasado domingo terminó dividiendo al propio gabinete. Por un lado, aquellos –que como Sarabia o el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco–, apostaban al diálogo y la reflexión con sectores descontentos o de oposición.

Por el otro, los que, desde una trinchera más radical –como Gustavo Bolívar, en Prosperidad Social, o Daniel Rojas, en la Sociedad de Activos Especiales–, insistían en que el presidente debería mantener su posición intransigente y combativa bajo la premisa del golpe blando.

Ambos frentes se encontraron este fin de semana en el cónclave y, por supuesto, hubo disputa con la mirada puesta en las marchas del próximo 1 de mayo en las que, aunque se conmemora el tradicional Día del Trabajo, desde ya es una jornada que terminó acaparada por las consignas del ‘Gobierno del cambio’, sus confrontaciones alrededor de las reformas sociales y su diatriba contra varios sectores, entre ellos, los medios de comunicación.

Inclusive, un sector de la Confederación General del Trabajo (CGT), que en campaña respaldó a Petro, tomó distancia, criticó la determinación del mandatario al querer intervenir en la marcha y anunció que no participará de la jornada. “Esta fecha es patrimonio de los trabajadores y no instrumento de este o cualquier gobierno”, reclamaron.

Lo cierto, según Yann Basset, director del Grupo de Estudios de la Democracia de la Universidad del Rosario, es que durante las movilizaciones podría haber dos mensajes por parte del mandatario: uno para las barras, para los más radicales que esperan que permanezca atrincherado, y otro para los sectores que, sin ser oposición, esperan un llamado al diálogo y no a la confrontación.

“El Gobierno está haciendo las dos cosas al mismo tiempo. Los dos mensajes no se dirigen al mismo tipo de público. En sus redes se dirige a sus partidarios de cierto modo y lo que hacen sus ministros en el Congreso, buscando consensos, también envían un mensaje un poco interno del mundo político”, señala el profesor en diálogo con este diario.

Otro factor que entra en consideración será el escenario: la calle, un entorno que, otrora fue decisivo para el presidente, pero que ahora parece diezmado. Allí el mentado apoyo popular y constituyente que pregona el presidente Gustavo Petro quedará a prueba, como ya quedó a prueba el pasado domingo cuando los sectores críticos y de oposición se manifestaron.

“Claramente este pulso lo está perdiendo el presidente sobre todo después del hundimiento de la reforma a la salud. Sin embargo, el 1 de mayo es una movilización que va más allá del Gobierno. Entonces leerla en el marco de este pulso sería limitado. Esas marchas no son únicamente una movilización que responde al llamado del Gobierno”, agrega Basset.

Al margen del pulso de las calles, al interior del propio Ejecutivo también hay reflexiones que distan de la polarización. Lo anterior, tras el demoledor informe de la Contraloría que evidenció que en 2024 apenas se ha ejecutado el 9,1 % del presupuesto de inversión, es decir, los recursos destinados para aterrizar las promesas del ‘Gobierno del cambio’. Es como si de $10.000, apenas han gastado $910, un asunto que no deja de generar malestar para el presidente Gustavo Petro.

La pelota ahora está en manos del mandatario, quien se enfrenta a la disyuntiva de insistir en su discurso confrontacional para darle gasolina a su constituyente, o persistir en el diálogo y la concertación para atender a los sectores que siguen descontentos. Lo que ocurra durante las movilizaciones de este 1 de mayo será determinante para el mandatario. Lo ocurrido durante este fin de semana en el cónclave no dejó de ser más que la siempre necesaria planeación y evaluación. ¿Qué camino tomará el Jefe de Estado?

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