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A la última estación del tranvía de Ayacucho —que fue bautizada Oriente— solo la separan tres kilómetros con el portal occidental del túnel recién inaugurado. Esa cercanía impulsó el sueño de extender el sistema tranviario hasta Rionegro, utilizando el segundo tubo de Santa Elena que ya fue excavado y que es objeto de negociación entre la Gobernación y el concesionario para adecuarlo y ponerlo en operación.
Sin embargo, esa posibilidad es remota en el corto y mediano plazo por los costos tecnológicos que demanda una línea del sistema masivo y por las adecuaciones que requería la estructura puesta en funcionamiento hace 20 días.
Germán Rueda, gerente de la concesión del Túnel Aburrá-Oriente, dijo que la posibilidad está hoy “descartada” porque una línea férrea no tendría lugar con la composición actual de la conexión.
Por la misma línea se pronunció Gonzalo Echeverri Palacio, presidente de la junta directiva de la concesión. En junio pasado le contó a EL COLOMBIANO que el segundo tubo de Santa Elena no solo quedará excavado sino con soportes, y que la negociación para habilitarlo depende de incluir en el contrato de concesión los $500.000 millones que costaría su habilitación.
Sobre la posibilidad del paso de un tranvía, Echeverri explicó que la conexión no está concebida así y que hace 21 años se estructuró el segundo tubo para que fuera una galería de rescate en caso de emergencia. “Físicamente es posible, el tranvía cabe y habría que construir una vía que conecte con la estación Oriente. Pero nosotros no podemos decirle a una persona que está evacuando el túnel que se pase al tranvía”, indicó.
Gilberto Quintero Zapata, secretario de Infraestructura de Antioquia, contó que la posibilidad de extender el tranvía de Ayacucho se ha analizado con diferentes actores, incluido el Metro, la concesión Aburrá-Oriente y la seccional regional de la Cámara Colombiana de Infraestructura.
Reconoció que en los dos túneles de 8,2 kilómetros —túneles Santa Elena 1 y 2— es “muy difícil” que se materialice la implementación de una línea tranviaria. “El túnel que está en operación tiene su excavación y estructuras y sería supremamente costoso generar obras para adaptarlo; lo mismo con el segundo tubo, por los costos de adecuación que implica un sistema masivo. Se ha pensado en la posibilidad de un tercer túnel pero solo es especulación”, dijo.
John Alexander Castaño Giraldo, profesional de Planeación Estratégica del Metro, dijo que los gálibos actuales (dimensiones máximas del túnel) permitirían la operación de un tranvía en el segundo tubo, aunque aclaró que se requiere un análisis técnico profundo.
Castaño contó que la empresa de transporte tiene cuatro trazados en fase de caracterización (primera etapa de un proyecto) para unir los valles de Aburrá y San Nicolás con un corredor del sistema masivo. Además del ya mencionado (darle continuidad al tranvía hasta el túnel), están previstos otros bocetos que tendrían como punto de partida a las estaciones Exposiciones (seguiría por la Avenida 33 y tomaría Las Palmas), Industriales o Aguacatala (tomaría la futura línea de la Avenida 34 hasta Las Palmas).
“Incluso, hemos analizado implementar alternativas con salidas combinadas para ofrecer más opciones. Lo que sigue es la etapa de prefactibilidad para determinar si es un solo trazado o es mixto. En esta fase de caracterización no se define la tecnología, aunque la conexión desde Industriales a Las Palmas sería con BRT (buses de tránsito rápido)”, precisó Castaño.
El funcionario contó que el Área Metropolitana está realizando un estudio de demanda que definirá el número de usuarios que tendría una conexión entre los dos valles, el mismo que se entregará a finales de este año. La cifra de pasajeros será el insumo para definir la tecnología que se acomode a la demanda.