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Dieciocho años debieron esperar los cultivadores de caña del corregimiento Palmitas, Occidente de Medellín, para ver en actividad el que fue, durante dos décadas, su sueño: el trapiche comunitario.
Ocurrió ayer en la vereda La Aldea, a 100 metros de la carretera principal a Santa Fe de Antioquia, en un desvío que conduce a las 6,2 hectáreas donde ya se iniciaron los sembrados de caña que abastecerán la infraestructura, la cual dinamizará la economía de este corregimiento, que a lo largo de 100 años ha tenido tradición panelera y que, por diversas circunstancias, se había venido a menos.
“Acá ha habido dos productos que han dominado la agricultura: el café como principal y segundo la caña, aún hay un trapiche al que le ponemos 100 años de existencia”, apuntó Alfredo González, director ejecutivo de Asopanespal —Asociación de Paneleros de Palmitas—, que queda como propietaria del trapiche y deberá encargarse de administrarlo y hacerlo sostenible.
Si bien hace dos décadas la comunidad empezó a tejer la idea de tener su propio trapiche para estimular que el campesino siguiera en sus tierras cultivando la caña, el dulce se puso a mordiscos porque nunca encontró el apoyo.
Fue solo hace cinco años cuando el alcalde anterior, Aníbal Gaviria, destinó $2.500 millones para esta obra, los cuales fueron insuficientes, “pero fue un principio”, reconoce el concejal Ricardo Yepes, quien en la presente administración de Federico Gutiérrez y desde la corporación ayudó a impulsar el proyecto.
Ayer, observando el molino triturar la caña y después cumplirse, uno a uno, los pasos del proceso de producción de panela, hasta verla endurecerse, redonda y roja en los moldes de madera, Alfredo no pudo ocultar su emoción.
“Hay detallitos por ajustar en el proceso, este es un trapiche muy moderno, de última tecnología, y la idea es cogerle el tiro”, expresó Alfredo.
Uno de esos “detallitos” es, por ejemplo, la demora en endurecerse el producto, según observó Raúl Torres, arriero de Palmitas y quien lleva las cargas de caña desde las fincas hasta los más de 20 trapiches privados que hay en la zona.
Otros campesinos del corregimiento más rural de Medellín comentaron que las bateas donde cae la panela antes de salir para los moldes son muy hondas para el operario encargado de la tarea y esta se le dificulta.
La secretaria de Desarrollo Económico de la Alcaldía, Paula Andrea Zapata, expresó que el nuevo trapiche reactiva la tradición panelera de Palmitas y le da un aire a los campesinos de esta zona, que en gran parte abastece el mercado agrario de la ciudad. “Son 6,2 hectáreas para siembra y 692 metros construidos (el trapiche como tal) que beneficiarán a 150 familias cultivadoras de caña”, precisó.
En esta administración se puso la otra mitad del presupuesto necesario para que rodara la molienda, para un total de $5.000 millones invertidos.
Se espera que cada hectárea sembrada produzca unas 120 toneladas de caña al año. Se calcula que cada tonelada de caña debe dar entre 100 y 120 kilos de panela, para lo cual influye la capacidad de extracción del molino.