El comercio electrónico trajo múltiples ventajas para vendedores y usuarios durante la pandemia por la covid-19, pero también una oportunidad para que los delincuentes clavaran sus garras en las transacciones, en especial las que involucran teléfonos celulares y equipos de tecnología.
La Policía Metropolitana del Valle de Aburrá reveló el fin de semana anterior una modalidad de hurto, que venía siendo empleada por antisociales en la comuna de Laureles, occidente de Medellín.
Según el relato del coronel Iván Santamaría, comandante Operativo de la Institución, dos hombres de 28 y 36 años simulaban ser compradores de celulares, y hacían los pedidos a domicilio dando una dirección del barrio Conquistadores, en la que no residían.
Cuando llegaba el vendedor con la mercancía, los asaltantes lo interceptaban en la calle, a bordo de una moto, y a mano armada le arrebataban los productos.
En el último caso detectado, a la víctima le quitaron tres teléfonos de alta gama marca iPhone, por valor de $14’639.000, y dos relojes Apple que sumaban $4’430.000. Cuando las patrullas de vigilancia los capturaron, les quitaron el revólver y les incautaron la moto, recuperando la mercancía.
Santamaría aseguró que no era la primera vez que aplicaban este método. El pasado 3 de septiembre, también en Laureles, hirieron a bala a un domiciliario que trató de defenderse.
Para rematar, ambos detenidos tienen antecedentes por hurto y porte ilegal de armas, y uno de ellos disfrutaba del beneficio de detención domiciliaria otorgado por un juez.
Expertos del Grupo Contra Atracos de la Sijín le comentaron a EL COLOMBIANO que, además de esta situación, hay otra modalidad de hurto conocida durante el periodo de aislamiento, que afecta a los compradores reales.
“Es una forma de estafa, en la que el ciudadano hace una compra por internet, sobre todo de promociones que aparecen en redes sociales, en las que ofrecen celulares y dispositivos electrónicos baratos”, narró un investigador.
El vendedor fraudulento, tras recibir el pago por consignación, muestra una guía de envío alterada y el pedido jamás llega a su destino; en otros casos, mandan una caja del producto, cuyo contenido es una piedra, un jabón o simplemente papel enrollado.