El menor de edad es hijo de un corporado que no tuvo reparos en dejar al pequeño en medio de la gazapera y acalorada discusión política en la que hubo insultos y se acusaron de ser “concejales de silla”.
El pasado sábado 23 de agosto, lo que empezó como una tranquila sesión ordinaria sobre vigencias futuras en el Concejo de Guadalupe terminó en un deplorable espectáculo en el que resultó involucrado sin querer un pequeño, quien debió presenciar lo más grotesco de la política local de este territorio del Norte de Antioquia.
Desde las 7:00 a.m., en que inició la discusión –tal como se ve en la grabación de la sesión– al corporado Juan Camilo Rivera (reconocido por el control político a la alcaldía) se le veía inquieto. La primera hora de la sesión se dedicó a chatear en su celular con ceño fruncido y tal vez poca atención le prestaba a las graves denuncias que su compañero hacía sobre el contrato de transporte escolar de los niños guadalupanos.
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Cerca de las 8:00 a.m., finalmente se paró y se dirigió hasta el puesto del presidente y le solicitó permiso para retirarse, toda vez que, según argumentó, ya iba más de una hora de transcurrida la sesión.
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El presidente Estiben Marín, recordándole que estaban en sesión permanente, le dijo que de parte de él no tenía permiso para salir. Cerca de las 8:05 a.m., Rivera interrumpió a su compañero y ya de manera oficial solicitó permiso para salir de urgencia. Y remató su petición diciéndole “¡baboso!” al presidente.
Tras una breve confusión, el presidente le ordenó a la secretaria del Concejo –quien al parecer es expareja sentimental de Rivera– que dejara en el acta que al corporado Rivera no se le había dado salida. “Deje constancia que en la sesión número 2 y en esta que es la 15, el concejal Juan Camilo salió sin autorización”, añadió.
La acalorada discusión de la sesión siguió y a raíz de esto, cerca de las 9:15 a.m., otro concejal también pidió permiso para salirse de la sesión. “Me quiero ir ya, si me da permiso, me voy”.
Nuevamente, el presidente hizo el recordatorio de que no estaban autorizados para retirarse a raíz de la sesión permanente.
“Entonces sigamos con el otro punto, aquí hay concejales con vueltas pendientes para hacer. A mí no necesita recordarme nada, presidente. Si necesito ver su observación, me veo la retransmisión y ya”, fue lo que dijo en su frustración el corporado.
“Me parece un acto de irresponsabilidad que firmen asistencia y se van de la sesión. Trataré de no pasar la asistencia ni iniciando ni a mitad de la sesión, sino al final. Un concejal que venga 10 minutos o a la media hora y se vaya sin autorización previa, pues considero que no debe firmar la asistencia”, contestó el presidente del Concejo, quien señaló a otro concejal que dejó tirada la sesión.
Cerca de las 10:00 a.m., el corporado Rivera regresó al recinto. Y al pedir la palabra para intervenir, el presidente le recordó que al haber salido sin permiso había perdido la potestad para hablar. “Usted ya no está sesionando mijo”, le dijo el presidente.
Y ahí se hizo Troya, pues Rivera alegaba que si había salido era por un motivo de fuerza mayor que involucraba a su hijo, un pequeño de cinco años. “¡Ojalá ni a usted ni a su mamá nunca les pase nada!”, dijo.
Acto seguido salió del recinto y luego hizo entrar al pequeño y lo sentó al lado de su curul. La sorpresa de los corporados al ver al infante en medio de una discusión tan acalorada fue total. Y la cara del niño decía todo sobre lo bochornoso del asunto.
Al ver al niño, la secretaria (quien es la madre del menor) se levantó para tratar de retirarlo, pero Rivera no lo permitió, reteniéndolo de su brazo.
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Con el niño al lado, empezó a atacar a los demás concejales y a sus contradictores mientras manoteaba la mesa del Concejo, situación que asustó al pequeño que nada tenía que ver en esa gazapera.
“¡Dejen ustedes de ser tan gamines. Si tengo una urgencia es por mi hijo, respeten. Y respete presidente y deje de extralimitarse. El tiempo dentro del recinto no depende de usted. Tenemos cosas personales que hacer. Para mí sí es importante mi familia. Yo sí debo estar pendiente de mi hijo, así estén muy dolidos. Y hagan lo que tengan que hacer, pero a mí y a mi familia me respetan!”, dijo airado.
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La discusión con gritos acalorados se extendió por casi 20 minutos en la que hasta los corporados se “sacaron los trapitos al sol” y se dijeron “concejales de silla”.
“A mí me tratan con respeto. ¿Les bajo el rating si estoy fuera del recinto? ¡Dejen tanta babosada! No les tengo miedo a ninguno. Los atiendo en los estrados que sea o en la calle. ¿Creen que toda la vida van a estar acá? Ah, y a mí me tienen que pagar esta sesión”, fue con lo que cerró su “intervención” Rivera.
Tras el bochornoso incidente, las cosas se fueron calmando hasta el cierre de la sesión. Por ahora no ha habido pronunciamiento del Concejo de Guadalupe en el que al menos se ofrezca excusa a los habitantes ante tamaña desfachatez.
Mientras que Rivera se pronunció en redes atacando al medio Antioquia Amanece, que fue quien hizo la denuncia inicial. Tras defenderse cerró con un “vuelvo y les digo: prefiero ser grosero que GVON (sic)”.
Finalmente, cabe mencionar que el corporado Rivera actualmente tiene un proceso vigente de pérdida de investidura, interpuesto por un ciudadano llamado Elkin Zapata Restrepo y que ya fue aceptado por el Tribunal Administrativo de Antioquia y que al parecer sería por su participación en la elección de la secretaria del Concejo a finales de 2024, quien es su expareja.
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