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Similar a la gesta del ingeniero José María Villa, quien en 1894 probó la resistencia del puente de Occidente con casi 400 reses, la semana pasada el Área Metropolitana evaluó la fortaleza del intercambio vial de Induamérica, con seis volquetas tipo doble troque, que, entre todas, sumaron 147 toneladas.
Con estas pruebas la obra, acompañada del gigante vial que se levanta en el sector de Ayurá, también al sur del Valle de Aburrá, vislumbran estrenarse este año y aliviar la movilidad metropolitana. Lo anterior, pese a las dificultades por la pandemia y a las trabas en la adquisición de algunos predios a mediados de 2020.
Los proyectos se ejecutan entre Envigado e Itagüí y “avanzan conforme a lo programado en el cronograma”, según indicó el Área Metropolitana del Valle de Aburrá (Amva). En palabras de la entidad, el intercambio de La Ayurá registra, con corte al 4 de marzo, 76,1 % de avance, respecto a un 75,33% estimado; y las obras en Induamérica -sector conocido como Pilsen- llegan a 79 % de ejecución, mismo porcentaje programado.
Las obras de La Ayurá, entre Envigado e Itagüí, comprenden la conectividad con otras vías importantes, como las avenidas Las Vegas, El Poblado y la carrera 85 en Itagüí. Está conformado por 17 ejes viales y 5 puentes de 1.471 metros. Espera mejorar la movilidad de 112.000 vehículos.
En el lugar, según expuso María Camila Salcedo, subdirectora de Proyectos del Amva, se avanza, actualmente, en el cambio y movimiento de redes húmedas y secas; trabajos de repavimentación y pavimentación total de los puentes; y tareas de urbanismo, como la conformación de andenes y rampas, y mantenimientos de árboles por criterio de compensación.
El intercambio de Induamérica, por su parte, implica la construcción de un puente de 260 metros, con dos calzadas en la intersección de la carrera 50, entre las calles 36 y 38. Contempla 1,8 kilómetros de vías nuevas para mejorar la movilidad de Itagüí, La Estrella y San Antonio de Prado.
Hoy, según describió Salcedo, se avanza en la construcción de una rampa del puente, en el costado norte, y en la finalización de la segunda capa de pavimento asfáltico. También se ejecutan trabajos en andenes, redes de humedad y empalmes de acueducto y alcantarillado; y se gestiona la incorporación de redes secas, tuberías para alumbrado y telecomunicaciones.
La Ayurá tuvo una inversión de $133.380 millones, incluida interventoría y terrenos. El intercambio de Induamérica, que ya empezó con sus pruebas de carga, representa una inyección de capital de $84.000 millones, también sumada la interventoría y los terrenos.
En el intercambio La Ayurá, para recuperar el tiempo perdido por la pandemia, el contratista de la obra propuso aumentar 1,5 horas la jornada laboral diaria. Es de anotar que en julio de 2020 el proyecto registraba un avance del 28,5% de ejecución, contra un 36 % proyectado. Se advertía un retraso del 7,5 %.
Al respecto, Andrés Aristizábal, secretario de Infraestructura de Envigado, expresó que el contratista de la obra ha sido clave en el cronograma de ejecución. Ello ha permitido superar, por un pequeño margen, los porcentajes de avances establecidos a la fecha (ver módulos).
Pese a ello, el proyecto se entregará el 6 de julio y no el 26 de marzo de este año, como le indicó a este diario Juan Carlos Barba, líder de Proyectos de Infraestructura del Amva, el año pasado.
Induamérica, además de la pandemia, afrontó complicaciones en la negociación de unos predios. José Fernando Escobar, alcalde de Itagüí, explicó que fueron dos los terrenos que tuvieron trabas: La Coquera, punto en el que se construye hoy el Skatepark (ver Para saber más); y el sector de la estación de servicios, donde arranca el intercambio, sobre la carrera 50A con la calle 39.
“Se pudo hacer la negociación con el propietario a través de mesas de concertación”, dijo el mandatario. La obra, que en julio pasado avanzaba en 42 % de ejecución, contra 56 % que debía ir a la fecha, no registra retrasos. Sin embargo, se estima que esté lista el 31 de mayo, y no en enero, como acotó Barba, tras la reprogramación hecha el año pasado.
Juan David Palacio, director del Amva, se refirió a la importancia del intercambio de Induamérica, a propósito de las pruebas de carga ejecutadas. “Este es un proyecto que permite ser metropolitano en el sentido de que ayuda a mejorar el ciclo de conducción, la competitividad y la infraestructura de nuestro territorio”.
El intercambio aliviará las presiones en materia de movilidad entre Medellín, Itagüí y el corregimiento de San Antonio de Prado. Además, agregó Palacio, permitirá conectar el municipio de La Estrella.
José Fernando Villegas, director de la Seccional Antioquia de la Cámara Colombiana de Infraestructura, coincidió con Palacio en la importancia de las obras. Los proyectos, expresó, además de mover la economía durante su construcción, “porque la inversión se queda en la región”, generan empleos estables, que tienden a la formalidad.
Y en cuanto a las ventajas de movilidad, “los intercambios permitirán la disminución en los tiempos de viaje, el aumento de la calidad de vida y bajas en la contaminación”, así como mejoras para la ciudad en productividad, competitividad y eficiencia.
Sin embargo, Juan Pablo Ospina, ingeniero civil, urbanista y miembro del Grupo Rise-Eafit, planteó que la inversión en obras como estas demuestran que el Aburrá, pese a que trabaja en diversas direcciones su modelo de movilidad, lo hace de una manera desigual.
Por ejemplo, dijo el experto, la proporción de inversión en infraestructura para el vehículo no se compara con el presupuesto y las estrategias para promover el uso del transporte público (TP) y los modos no motorizados (NM: peatones y bicicletas). “Si necesitamos quitarle un carril a la circulación vehicular para darle prioridad al transporte público, en nuestra ciudad aún es imposible. Buscamos fortalecer e incentivar el uso del TP o los NM, pero queremos conservar intactos los beneficios que tienen los vehículos en nuestra ciudad”, describió Ospina.
Respecto a la necesidad de invertir en sistemas de movilidad más limpia, Villegas expresó que, por el momento, es complejo pensar que el parque automotor del Aburrá va a disminuir, pues el país y la región tienen una gran deuda en infraestructura vial. Entonces, “se necesitan esas y muchas más obras, porque la condición de Medellín y el Área metropolitana es que durante mucho tiempo se priorizó la comunicación norte-sur, pero la comunicación oriente-occidente no es la mejor. Tenemos una ciudad partida por un río y por un metro”, explicó.
Ospina argumentó que, pese a que el Aburrá ha sido reconocido por su capacidad de sacar adelante proyectos desafiantes, “sigue haciendo grandes inversiones en infraestructura para el uso vehicular. O, por ejemplo, el espacio que se le quita al carro hay que reponerlo porque sino la ciudad va a colapsar. Nos falta mucho para aprender de eficiencia en la inversión de recursos. Privilegiar el TP es mucho más eficiente, en términos de espacio y dinero, que la infraestructura para el vehículo particular”, concluyó
mil millones es el estimado de inversión en La Ayurá.