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Armatrostes sin dolientes que superan todos los días los avatares del sol y el agua, ubicados en el mismo punto, se vuelven parte del paisaje en Medellín. Los responsables son algunos ciudadanos que persisten en una práctica de vieja data que afecta la movilidad: abandonar carros en las vías.
Luego de diversos reportes de nuestros lectores, EL COLOMBIANO se dio a la tarea de hacer un recorrido por varios puntos de la ciudad y encontró que, a pesar de los controles de las autoridades, es frecuente ver vehículos particulares que llevan varios años parqueados en el espacio público.
Barrio Triste y problemático
Epicentro de carros abandonados es la comuna 10 (La Candelaria). Un corto recorrido por el barrio Corazón de Jesús, Barrio Triste en el argot popular, evidencia que allí decenas de carros amanecen abandonados en las vías.
Es frecuente, en este punto de la ciudad, que talleres de motos y vehículos vendan partes de carros que permanecen “parqueados” en el asfalto y solo hasta que vendan la última parte los eliminan del camino. De acuerdo con quienes frecuentan el sector, esto tarda varios meses y hasta años.
Así lo señaló Juan Fernando Calle, un vendedor ambulante que se ubica desde hace dos años con su puesto de comidas en la carrera 59 con la calle 48 (Pichincha): “Es un tema de nunca acabar, por más que vengan del tránsito y se levanten varios carros, a los días están de nuevo aquí tirados estorbando. Algunos no mueven desde hace años”.
Incluso, en el mismo Barrio Triste, reposa también desde hace varios meses un vehículo de maquinaria pesada: una grúa que evidencia el deterioro de la intemperie y que obliga, junto al resto de vehículos que se parquean en la zona, a reducir a un carril el tránsito por esa vía del centro.
Sin embargo, el tradicional barrio de mecánicos no es el único con esta problemática. En el recorrido aparecieron otros sectores donde también funcionan talleres de carros como El Chagualo, Lovaina, o la canalización de la quebrada La Iguaná, que también tienen vehículos abandonados en la vía pública. Y en los barrios residenciales es menos frecuente pero también ocurre.
Movilidad responde
Luis Guillermo Mejía Calle, líder de control de la Secretaría de Movilidad, señaló que dejar un vehículo abandonado en la vía pública siempre impactará negativamente la circulación para quienes transiten por allí: “Los vehículos que son identificados como abandonados o que llevan mucho tiempo estacionados en la vía pública, nosotros procedemos a la inmovilización del mismo, es decir, que son conducidos a los patios”.
De acuerdo con las autoridades, solo en lo corrido de 2015, más de 3.400 los vehículos han sido reubicados por esta situación.
Por lo tanto, el propietario al que le inmovilizan un vehículo por dejarlo abandonado debe realizar los trámites para reclamarlo y asumir el costo del acarreo que, en el caso de carros, camionetas, buses y busetas ronda los 146 mil pesos. Esto sin contar que tendrá que pagar 20 mil pesos por cada día de parqueadero en los patios del tránsito.
Además, si el vehículo está mal estacionado o incumpliendo alguna norma de tránsito también es sujeto a una orden de comparendo”.