Años de esfuerzos de biólogos, veterinarios, zootecnistas y otros expertos dieron como resultado una segunda oportunidad para siete monos araña (Ateles fusciceps), especie también conocida como marimonda y que se encuentra en peligro de extinción.
Los siete monos ingresaron al Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de Fauna Silvestre (CAVR) entre 2013 y 2020 tras ser víctimas de crueles casos de tráfico ilegal de especies y maltrato. Durante todo ese tiempo, fueron atendidos por un equipo interdisciplinario de médicos veterinarios, biólogos y zootecnistas, quienes desarrollaron procesos de valoración, estabilización y manejo clínico, nutricional y etológico, de acuerdo con las necesidades individuales y grupales.
“Este es un ejemplo de lo que pasa cuando tenemos tráfico ilegal de fauna en el territorio. Lo que quisiéramos es que los animales se liberaran, pero en muchas ocasiones no logran recuperar los comportamientos necesarios para vivir libres. Invitamos a la ciudadanía a no caer en el tráfico de fauna silvestre y a no tener animales silvestres en cautiverio”, señaló Alejandro Vásquez Campuzano, subdirector ambiental del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.
Los siete monos padecían un amansamiento severo, alta docilidad y ausencia de comportamientos instintivos frente a la presencia del ser humano. Incluso buscaban el contacto con las personas, un comportamiento que condena a la fauna silvestre atendida en estos centros a no poder volver nunca a su hábitat natural al no tener las habilidades necesarias para desenvolverse en un entorno silvestre.
Aunque el equipo de expertos lo intentó todo, finalmente los monos no lograron desarrollar o recuperar sus habilidades para sobrevivir en libertad, por eso el diagnóstico final, tras evaluaciones clínicas, biológicas y comportamentales, fue que la opción bioética era buscar la reubicación en un entorno controlado. Fue ahí cuando apareció el Parque Acuático y de Conservación Piscilago, en Cundinamarca, una institución que cuenta con la infraestructura y el personal especializado para atención y cuidado de primates.
Allí, en un lugar conocido como Dosel del Bosque, los monos vivirán bajo cuidados especializados, acompañamiento profesional permanente, manejo nutricional de acuerdo a sus características biológicas. Así lo explicó Carlos Cortes, coordinador del parque, quien señaló que los primates además de estar protegidos tendrán un rol fundamental en el ejercicio de pedagogía que realizan en el lugar para que los visitantes comprendan los impactos del tráfico ilegal de especies y conozcan más sobre el papel que cumplen especies nativas, sobre todo las amenazadas, en la función ecológica de los ecosistemas del país.
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