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Si algo tuvo claro esta administración desde el comienzo es que el pico y placa, tal como se venía aplicando, estaba “obsoleto”. Por eso, en febrero de 2020 se anunciaron cambios en esta medida; cambios que por la pandemia tuvieron que esperar 19 meses para ser aplicados. Y, en efecto, el pico y placa mutó en septiembre del año pasado, tal como se había prometido. Pero su aplicación ha venido dando tumbos y reversazos que han dejado dudas sobre su planificación.
El último bandazo sobre el pico y placa lo planteó ayer el mismo Daniel Quintero, que dijo en el consejo de gobierno semanal: “Al paso que vamos, antes de terminar nuestro gobierno, vamos a estar en pico y placa día por medio, como Bogotá”. Las palabras del alcalde causaron sorpresa, pues su administración, desde comienzos de 2021, habló de un pico y placa de un dígito cada 15 días y que tendría unas “fases complementarias” que, por lo menos hasta ahora, no se conocen.
Sobre la restricción se ciernen dudas de nuevo. Y es que la medida ha sufrido una serie de mutaciones en los últimos tiempos. Desde 2019, al final de la alcaldía de Federico Gutiérrez, se sabía que el pico y placa necesitaba cambios. Un estudio de la firma mexicana Grupo Cal y Mayor concluyó que las horas pico ahora se presentaban más temprano, desde las 6:00 a.m., lo que hacía la medida insuficiente.
Con la idea de hacer esos cambios llegó la nueva alcaldía, encabezada por el recién nombrado secretario de Movilidad, Carlos Cadena. En una entrevista concedida a este medio, en enero de 2020, Cadena aseguró que el pico y placa era obsoleto y debía reevaluarse. Pero, cosa que nadie esperaba, cayó la pandemia y, con ella, la caída del tráfico por las cuarentenas. Entonces se aplazaron los cambios que necesitaba el modelo.
En octubre de 2020, cuando la reactivación económica afloraba, las calles de la ciudad se vieron de nuevo invadidas de vehículos. Ante la queja ciudadana, Cadena respondió, vía Twitter, que la circulación había caído un 19% con respecto al año anterior y, por esa razón, era innecesario pensar en aplicar el pico y placa.
Pasó un diciembre con algunas restricciones por la pandemia y del tema solo volvió a hablarse en marzo. Para entonces, Cadena insistió en que el modelo que se venía aplicando hasta comienzos de 2020 era obsoleto y requería de cambios de fondo. “Desde la Secretaría de Movilidad creemos que la demanda debe gestionarse de manera sistémica, por eso buscamos trascender de una estrategia obsoleta —que inicialmente era de corto plazo— hacia un conjunto de medidas integradas en un #EcoSistemaDeMovilidad”, explicó Cadena en ese momento.
Cadena mencionó que la primera fase de implementación del nuevo pico y placa incluiría sacar un dígito de las calles cada 15 días, como resultó sucediendo en septiembre de 2021. Los planes del funcionario, sin embargo, se quedaron a medias el 30 de marzo, cuando renunció a la Alcaldía. A sucederlo llegó Carlos Mario Mejía, actual secretario.
El primer intento
El nuevo pico y placa comenzó a regir el 4 de octubre pasado. Como principal novedad introdujo lo que ya Cadena había propuesto: sería de todo el día y aplicaría cada 15 días por dígito. La medida causó polémica, pues no logró poner de acuerdo a todos los alcaldes del Valle de Aburrá. Desde Sabaneta e Itagüí dijeron que no se les había tenido en cuenta para tomar la decisión. Sea como fuere, la medida fue rechazada por expertos, que la consideraron exigua. Darío Hidalgo, experto en movilidad, dijo que sería “insostenible”. A la larga, tuvo razón.
Diciembre corrió con un rumor creciente, que fue avivado desde adentro del Área Metropolitana: el pico y placa se extendería a dos dígitos en enero. ¿La razón? Su escasa eficiencia. Según cálculos, este apenas lograba sacar de circulación poco menos del 10% de los vehículos de las vías. El pico y placa cada 15 días se hacía insostenible.
Segundo intento
Además de aumentar un dígito, el pico y placa de este año llegó con otra polémica, el cobro por congestión. Esta idea ya se venía planteando desde el año pasado. Incluso, Víctor Piedrahíta, secretario técnico de Movilidad Medellín, se había referido a esta posibilidad en septiembre del año pasado.
El cobro era un plan piloto, pero detonó inconformidades y divisiones. Para Luis Carlos Díaz, exsecretario de Tránsito de Medellín, era una medida “elitista y alcabalera”. Luego, Itagüí y Envigado tomaron distancia sobre el cobro y finalmente se suspendió.
Ahora, expresó Quintero, se está recolectando la información recogida durante el piloto. En el consejo de gobierno, Quintero habló de otras medidas, que bien parecen desesperadas, como eliminar el impuesto al rodamiento, una medida nacional.
Otra de las ideas es comenzar un nuevo cobro, pero más económico, pues solo el 3% de los vehículos pagaron cada día para saltarse el pico y placa. ¿Cómo se explica, entonces, que la ciudad se haya congestionado tanto? Aunque la información debe recolectarse aún, se considera una gran evasión de la medida, muestra de la falta de cultura ciudadana. Pasados más de dos años de la actual administración, el futuro del pico y placa es incierto. Parece que cada seis meses se estuviera comenzando de cero .