El programa Medellín Cómo Vamos presentó este jueves los resultados del Índice de Progreso Social (IPS) por comunas y corregimientos de Medellín, para el periodo 2016-2019. Este índice se focaliza en los retos, avances y brechas que hay en las diferentes sectores de la ciudad.
Desde 2014, el IPS es construido anualmente por la organización Social Progress Imperative y en 2019 comparó 149 países, entre los cuales Colombia ocupó la posición 56.
“Cuando pensamos tradicionalmente en la idea de progreso, se nos viene a la cabeza el aumento de la capacidad de adquirir bienes y servicios, pero desde la perspectiva del IPS está más asociada a las condiciones habilitadores de la mejora de la calidad de vida de los colombianos y ese es el sentido que se le da al indicador”, expresó Luis Fernando Agudelo, director de Medellín Cómo Vamos.
Los resultados obtenidos arrojaron que los componentes que evidenciaron los peores puntajes durante el periodo 2016-2019 fueron derechos personales, acceso a la educación superior, nutrición y cuidados básicos de la salud y el acceso al conocimiento básico.
Y los componentes que evidenciaron las mayores desigualdades entre los territorios fueron sostenibilidad ambiental, acceso a la información y comunicaciones, seguridad personal y agua y saneamiento básico.
Por otra parte, agua y saneamiento básico y vivienda y servicios públicos fueron dos de los componentes con mejores puntajes del índice. Sin embargo, aunque en estos la mayoría de los territorios presentó un puntaje muy alto, se evidenciaron diferencias donde, en general, la ruralidad se encuentra en desventaja, lo que se traduce en la necesidad de enfocar acciones en estas zonas de Medellín.
Asimismo, la dimensión de necesidades humanas básicas presentó los mayores puntajes con un desempeño, en promedio, alto. Las dimensiones de oportunidades y fundamentos del bienestar presentaron, en promedio, un nivel de desempeño medio-bajo, constituyéndose como áreas de atención prioritaria para mejorar el progreso social de la ciudad.
Según el informe, esta brechas evidenciadas en los diferentes componentes se podrían agudizar en el marco de la pandemia por covid-19.
Estos fueron los resultados más destacados:
Nutrición y cuidados básicos de salud
Evaluó si las personas tenían suficiente comida y estaban recibiendo los cuidados básicos de salud. Según los resultados, Altavista ocupó el último lugar en Nutrición y Cuidados Básicos de Salud, con un puntaje muy bajo; disminuyó en 2015-2018 por el aumento en la tasa de mortalidad infantil en menores de 5 años, que pasó de 6,4 a 19,4 casos por cada cien mil nacidos vivos.
Por su parte, Popular registró desventaja relativa en nutrición y cuidados básicos en salud, relacionada con el aumento del porcentaje de personas con inseguridad alimentaria (en cualquier grado), pasando de 45,1% a 61,6% entre 2016 y 2019. Y San Sebastián de Palmitas registró la mayor disminución del puntaje en nutrición y cuidados básicos de salud, debido principalmente al aumento de la proporción de niños y niñas con bajo peso al nacer entre 2015 y 2018, pasando de 2,7% a 14,2%, respectivamente.
Vivienda y servicios públicos
Según los resultados, Santa Elena ocupó el último lugar en vivienda y servicios públicos en 2019, no obstante, es el territorio que registró el mayor aumento en este puntaje en el periodo de análisis, motivado por una mayor percepción de buena calidad del servicio de energía eléctrica.
San Sebastián de Palmitas registró el mayor deterioro del puntaje en vivienda y servicios públicos entre 2016 y 2019, esto es principalmente debido a la baja cobertura de gas domiciliario medida mediante el autoreporte.
En general, la ruralidad se caracterizó por tener los puntajes más bajos, esto es, las mayores carencias en términos del componente de vivienda y servicios públicos.
Seguridad personal
La Candelaria registró un puntaje muy bajo en seguridad personal y la mayor disminución entre los años 2016 y 2019. Esto motivado por el aumento en el número de hurtos en vía pública por cada cien mil habitantes, que pasó de 5.493 en 2016 a 10.024 en 2019.
Altavista se destacó por la disminución en el puntaje de seguridad personal, principalmente por el aumento en la tasa de homicidios por cada cien mil habitantes, así como el incremento en la percepción de inseguridad: esta pasó de 17% a 24% entre 2016 y 2019.
Por su parte, San Antonio de Prado tuvo el mejor resultado del componente de seguridad personal frente al resto de comunas y corregimientos, esto se debe a la disminución en la tasa de homicidios y en la percepción de inseguridad en el corregimiento.
Acceso al conocimiento básico
La Candelaria fue el territorio con menor puntaje en acceso al conocimiento básico, presentando la mayor desventaja relativa, especialmente por su mal desempeño en asistencia escolar de 5-11 años y de 12-15 años y en el puntaje promedio en Pruebas Saber 11.
Palmitas y La Candelaria fueron los dos territorios con mayor disminución en el puntaje durante periodo 2016-2019. Esto se debió al peor desempeño en la asistencia escolar de 5-11 años y de 12-15 años y al menor puntaje promedio en Pruebas Saber 11.