viernes
8 y 2
8 y 2
Hace un mes un juez condenó a 17 años de cárcel a un hombre que sometió a sus dos hijastras, de 8 y 9 años, a aberrantes abusos sexuales hasta que cumplieron 14 y 15 años. El horror que vivieron las dos niñas llegó a uno de sus peores puntos, según la investigación de la Fiscalía, cuando una quedó embarazada. Tenía solo 13 años. Cuando el bebé nació fue arrebatada de su hogar, ubicado en el nororiente de Medellín, por el mismo agresor, quien se la llevó a vivir con él.
Este caso es reflejo de una realidad que mantiene a Antioquia encabezando las cifras de embarazos del país en niñas de los 10 a los 14 años, es decir, producto de las violencias sexuales a las que son sometidas, en muchos casos por sus propios familiares. El comportamiento de los datos en este rango de edad se ha mantenido estable desde 2019 (656 casos), aun cuando tuvo una leve disminución en 2020 (621 casos), año de las mayores restricciones por la pandemia, y volvió a subir en 2021 (662), según los registros del Dane.
En los tres últimos años ya concluidos, Antioquia se ha ubicado como el primer departamento de Colombia en estos casos. Solo en 2021, por ejemplo, aportó el 14,4% del total nacional, por encima de Bolívar (7,6%), Córdoba (6,0%) y Valle del Cauca (5,5%). Las cifras pueden ser más escandalosas si se tienen en cuenta las de embarazos adolescentes en general.
En el caso de Antioquia, sumando los dos rangos etáreos (10-14 años y 15-19 años) se encuentra que en 2019 fueron 13.766 reportes; en 2020 fueron 12.887; y en 2021 fueron 12.706. El último informe del Dane indica que entre el 1 de enero y el 31 de julio de este año iban 6.527 casos, de los cuales 284 correspondieron a niñas entre los 10 y 14 años.
Es justamente este rango de edad el que más preocupa a las autoridades. Desde la Gerencia Infancia, Adolescencia y Juventud de Antioquia recordaron que es mucho más alarmante porque todo embarazo en niña de 14 años, o menos, es considerado un delito y producto de una violencia sexual, que requiere atención integral y garantía de no repetición, además de reforzar las acciones de prevención.
Una necesidad que se fundamenta en los problemas sociales que causan los embarazos adolescentes y las consecuencias negativas que estos perpetúan en la mayoría de las madres y sus familias. Las cifras del Dane reflejan que casi todas las niñas afectadas por este delito solo contaban con el preescolar o la básica primaria como nivel educativo cuando quedaron embarazadas, lo que puede llevar a perpetuar la pobreza y la falta de oportunidades.
Zonas más afectadas
Medellín ocupa el primer lugar de Antioquia en los embarazos de niñas entre los 10 y los 14 años, lo que puede leerse como una realidad también influida por el número de habitantes. No obstante, la incidencia ha tenido una tendencia a la baja en este rango de edades. En 2019 se registraron 150 casos, en 2020 fueron 147 y el 2021, 116.
La reducción de los casos puede deberse a la articulación de estrategias que se han sostenido desde la Alcaldía de Medellín y que aunque cambien en sus metodologías, nombres o actividades, buscan el mismo propósito y han tenido buenos resultados. Sin embargo, Popular, Manrique, Villa Hermosa y Robledo, cuatro de las comunas más empobrecidas de la ciudad, aún puntean en el listado de casos.
Después de Medellín, Urabá y Bajo Cauca se pintan como las subregiones con más embarazos de este tipo en el departamento, según los consolidados del Dane. Entre 2019 y el 31 de julio de este año, estas registraron 657 y 309 casos, respectivamente, soportando el 43% de los casos reportados por fuera de la capital antioqueña.
Los números, en el caso del Urabá, son alarmantes en distritos como Turbo, donde los casos en este lapso llegan a los 164, con promedios anuales de más de 40 embarazos. Mutatá, con 98, Necoclí, con 86, y Apartadó, con 71, son los otros municipios que puntean en esta subregión.
En el Bajo Cauca, que registra la mitad de los casos en comparación con Urabá, también hay localidades en rojo por cuenta de los embarazos de niñas de 10 a 14 años. El Bagre, con 81 reportes, es el municipio más afectado por la problemática; Caucasia, con 67, y Nechí, con 63, son las dos localidades que le siguen. Estas subregiones son, a su vez, las que lideran las tasas de pobreza multidimensional en el departamento.
¿Qué puede explicar el número de casos tan elevado? Sobre el fenómeno se ha pronunciado Natalia Montoya, subsecretaria de Salud Pública de Antioquia, para quien la educación sexual registra falencias considerables. La regularidad en el uso del condón no es la regla, al igual que el acceso a otros métodos anticonceptivos.
Causas y efectos
Pero las causales de los reportes no solo responden a las lagunas en educación sexual y reproductiva, según el Dane, sino a los bajos niveles de escolaridad, deserción estudiantil, desconocimiento de los servicios de salud y falta de acceso, matrimonios infantiles y violencias basadas en género al interior de las familias y comunidades.
A esto se suma, según la Gerencia de Infancia, Adolescencia y Juventud departamental, la presencia de grupos armados en los territorios. “Estos son responsables de altas vulneraciones a los derechos de niños y adolescentes, sobre todo en contextos de desigualdad y violencia”, expresaron desde el despacho.
Para la muestra, un botón: Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, quien fue cabeza del Clan del Golfo hasta el 23 de octubre del año pasado, infundía terror en la región a través del abuso sexual de niñas menores de 14 años. Las autoridades, de hecho, emitieron una orden de captura en su contra por abuso sexual de menores.
Los efectos de este tipo de embarazos, independientemente de las causas, pueden clasificarse en cuatro frentes, según Profamilia. El regreso a clases se hace imposible en la mayoría de los embarazos en estas edades debido a los riesgos que representan. Asumir la crianza de los niños, en los casos en que se llega a la etapa de nacimiento, implica el abandono de la escuela, además del empleo informal.
Estos embarazos también propician otro tipo de violencias, como las uniones obligadas por condiciones económicas o para reducir los estigmas familiares y comunitarios. Otros embarazos previo a cumplir la mayoría de edad, debido a la ausencia de educación y acceso a métodos de prevención reproductiva, integran el cuarto frente.
Nada más cercano a lo ocurrido con la menor de 13 años que fue embarazada por su padrastro, quien estuvo alejada a la fuerza de su grupo familiar, según las pesquisas de la Fiscalía. Ricardo Romero, director de la Seccional Medellín, confirmó que la niña fue rescatada por una Comisaría de Familia y, de esa forma, se conocieron los vejámenes a los que fue sometida. La educación, dicen desde Profamilia, parece ser la única salida ante esta problemática.
Periodista y politólogo en formación. Aprendo a escribir y, a veces, hablo sobre política.
Periodista del Área Metro.