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El teatro que nació con un cheque de un millón
El Pablo Tobón Uribe, en el centro de Medellín, cumple 52 años de ser un epicentro cultural. Su construcción empezó en 1952 y terminó en 1967.
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Obras en el teatro, cuya gestión comenzó en 1949 por la Sociedad de Mejoras Públicas y terminó en 1967. FOTO Archivo cip-el colombiano -
Así lucen hoy las instalaciones del teatro, en medio de las obras que se adelantan en la avenida La Playa.
FOTO Manuel Saldarriaga
02 de noviembre de 2019
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Como si se tratara de un refugio lleno de cuartos, el Teatro Pablo Tobón Uribe, en el centro de Medellín, es algo así como una gran casa. En sus habitaciones y salas se alojan todo tipo de artes: mimos, circos, payasos, bailes de salón, música sinfónica y arte dramático.
La lista, por supuesto, sigue: ahí conviven los conciertos de hip hop, metal, las conferencias, junto con una franja de ballet o una temporada de la filarmónica. O, como lo pinta Juan Carlos Sánchez, su director, el teatro también podría ser lo mismo que una aguja y muchísimos hilos.
“Es un espacio que sirve para tejer a la ciudad y a la región. Eso tratamos de hacer con nuestra programación: unir a la ciudad, entrelazarla”.
También se definen como un teatro popular, que recibe visitantes de Prado Centro, Boston, El Poblado y otros municipios. El arte local encontró allí su escenario y, como dice Sánchez, es un orgullo permitir que los artistas puedan disfrutar de lo que más aman.
En ese mismo escenario se presentaron por primera vez grupos locales como El Totumo Encantado de Necoclí, que viajó desde el Urabá antioqueño. Sus tablas, además, han sido el sitio para la gran industria nacional y global: Juanes, quien grabó allí uno de sus espectáculos; Fanny Mickey, Astor Piazzolla y el ballet Nacional de Rusia.
En el teatro el reconocido actor bogotano Fabio Rubiano estrenó su primera temporada en Medellín de su obra dramatúrgica Labio de Liebre, en una casita de madera construida sobre la tarima.
Allí se metió en otras pieles para reencarnar al personaje de Salvo Castello, un antiguo victimario en cuyo discurso se cuestionaba por los matices del conflicto armado colombiano y por una sociedad aún llena de desaparecidos y heridas sin nombre.
Enclave de La Playa
La construcción de este espacio comenzó a imaginarse desde febrero de 1949, cuando la Sociedad de Mejoras Públicas de Medellín comenzó las gestiones para su edificación.
Al naciente teatro se sumaron la Alcaldía de Medellín (que donó el terreno) y el Gobierno Nacional (que entregó un auxilio de $200.000).
En 1953, el filántropo Pablo Tobón Uribe (cuyo nombre, como es evidente, bautizó al futuro centro cultural) donó un millón de pesos para su dotación.
El 28 de enero de 1953 EL COLOMBIANO registró que “Don Pablo Tobón giró un cheque por esa suma, a favor de la Junta del teatro”, antes de emprender un viaje por motivos de salud a Estados Unidos.
El 26 de julio de 1952, este diario ya había registrado, además, que el teatro estaría ubicado en el sector conocido como “la Isleta”, en la avenida La Playa, debido a que la zona “se encuentra bellamente arborizada y será iluminado técnicamente”.
En el libro “El Teatro Pablo Tobón Uribe: cincuenta años de historia urbana y arquitectónica”, elaborado por los investigadores Luis Fernando González, Patricia Restrepo, Juan Eduardo Chica y Jaime Gómez, en alianza con Comfenalco Antioquia, se reseña que el Teatro Pablo Tobón Uribe está ubicado en un punto focal de la ciudad: la avenida La Playa. Así que su historia está ligada a la memoria de esta vía arteria, en donde en la década del 1950 se irían reemplazando las viejas quintas por edificaciones de dos, tres y hasta más pisos.
Enciendan las luces
Los investigadores coinciden en que la construcción del teatro en el remate oriental de la vía sería relevante en esa transformación, puesto que “delimitó urbanística y paisajísticamente el recorrido por la avenida y le introdujo nuevos usos”.
Estos “nuevos usos” están representados en la ubicación en la misma zona del edificio del Instituto de Bellas Artes y el Teatro Junín, así como de sedes de la Universidad de Antioquia y los colegios San Ignacio y El Sufragio.
Para su administración y funcionamiento se creó una Junta y la Fundación Pablo Tobón nació mediante el Decreto No. 487 del 13 de octubre de 1952.
Las obras, sin embargo, tardaron más de una década. Fue inaugurado el 2 de agosto de 1967. En ese proceso participaron figuras cruciales como el arquitecto Pedro Nel Rodríguez.
Otros figuras del movimiento teatral paisa tuvieron incidencia en su creación.
En el ensayo “Teatro y artes representativas en Medellín” de Mario Yepes, se explica que el dramaturgo Gilberto Martínez, quien en la década del 60 inició la Escuela Municipal de Teatro (1966), contribuyó a destrabar, desde la Secretaría de Educación municipal, las obras paralizadas del teatro, “inconclusas desde que la lentitud de los trámites hizo insignificante el legado del testador”.
Juan Carlos Sánchez cuenta que cada vez que se sube a presentar un evento en el teatro le tiemblan las piernas. Dice que sigue sintiendo ese “respeto impresionante” por las tablas y el público.
Cuando las luces se encienden de a poco en este espacio, y la sala se satura de aplausos, ahí es el momento en el que más se revela parte de su encanto: que el teatro está para examinar y confrontar, como si fuera un espejo, a una sociedad llena de preguntas .
15
años tardó la construcción del Teatro Pablo Tobón Uribe en el centro de Medellín.
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