En el río Piedras, donde el agua corre veloz dejándose llevar por el viento, vive el pato de torrentes, una joya del ecosistema andino. Con su plumaje marrón y su elegante cuello, este pato se mueve con agilidad entre las piedras, buscando a sus pequeños macroinvertebrados, el manjar que le da energía para sobrevivir en estas corrientes rápidas. Se dice que es una de las cinco especies de patos de las 148 que existen en el mundo, y su hogar se extiende a lo largo de los Andes, desde Venezuela hasta Argentina, elevándose entre 1,000 y 4,500 metros de altura.
Recientemente, el Concejo de La Unión, al igual que La Ceja el 18 de julio, decidió unirse a la causa de la conservación y, con una votación unánime, declaró patrimonio al pato de torrentes y al río Piedras. Carlos Franco, el presidente del Concejo, fue el encargo de impulsar esta iniciativa. “Logramos asegurar un presupuesto de 17 millones 600 mil pesos para programas educativos y ambientales que fortalecerán nuestra conexión con la naturaleza”, afirmó.
El acuerdo, que protege tanto al pato como a su hábitat, busca que el desarrollo no ponga en peligro la existencia de esta especie. “No estamos en contra del progreso, sino que queremos que sea responsable”, explicó Franco. Esto con la intención de que cualquier proyecto que llegue al territorio sea responsable con el cuidado del medioambiente.
Asimismo, Laura Cano, bióloga y parte de la mesa ambiental del municipio, dijo: “Estamos muy contentos porque este proyecto es crucial para la conservación. Nos permitirá gestionar recursos para la protección del hábitat y también fomentar el ecoturismo, que beneficiará a la comunidad local”, dijo, con la esperanza de que la protección del pato de torrentes traiga consigo el interés por la naturaleza no solo de externos, sino entre los habitantes de La Unión.
Por su parte, el río Piedras que se encuentra ubicado entre los municipios de La Ceja (atravesando la vereda Piedras) y La Unión (recorriendo territorios de las veredas Piedras Teherán y San Francisco), y se considera un afluente ideal para el ecoturismo, el contacto con la naturaleza y acampar. Se espera que, desde La Unión, esta medida ayude a preservar el río de las contaminaciones que puedan ocasionar los viajeros y se genere más consciencia a la hora de visitarlo.