Dentro de los objetos que solían hurtar, el ente acusador destacó joyas, celulares y dinero en efectivo hasta por $190 millones.
Su modus operandi consistía en irrumpir en los locales portando armas de fuego, desenfundarlas para intimidar a sus víctimas, amenazando con atentar contra su vida, cometer los hurtos y luego huir en moto antes de la llegada de las autoridades.
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Con esa modalidad, los asaltantes también se habrían apoderado de por lo menos tres motos, según la Fiscalía.
En una redada adelantada por la Policía Nacional, los cuatro procesados fueron detenidos en operativos realizados en el Valle de Aburrá, en los municipios de Bello y Medellín.
Finalmente la Fiscalía añadió que tras ser presentados a un juez, el ente les imputó los delitos de concierto para delinquir y hurto agravados.
Por su parte, los implicados insistieron en su inocencia y no se allanaron a los cargos.