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Aprenda a prevenir los accidentes más comunes en casa

Cada espacio de la casa debe ser apto para toda la familia. El diseño y acompañamiento de los padres requiere ser calculado con minucia para garantizar la seguridad de los pequeños.

  • De acuerdo a la edad del niño deben tenerse en cuenta medidas específicas para su seguridad. Foto: ShutterStock
    De acuerdo a la edad del niño deben tenerse en cuenta medidas específicas para su seguridad. Foto: ShutterStock
09 de julio de 2018
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Disponer el hogar para la llegada del bebé es una experiencia cargada de emociones para los padres; sin embargo, es usual que después del nacimiento los adultos se den cuenta que los espacios planeados para el recién nacido son bonitos, pero poco prácticos, y que a medida en que los hijos crecen ciertos lugares del hogar requieren modificaciones en pro de la seguridad y el confort de los pequeños.

El pediatra Felipe Andrés Palacio aconseja sobre la crianza y la salud de los niños, sugiere que cada rincón del hogar debe estar pensado para la protección de los pequeños, teniendo en cuenta que para ellos existen riesgos que a veces los adultos no alcanzan a percibir y que cambian a medida que el hijo crece.

Menores de un año

El peligro más latente con un recién nacido es la muerte súbita por obstrucción de las vías aéreas, afirma el doctor Palacio. La principal medida para evitarlo es que el bebé duerma siempre boca arriba; incluso si hay riesgo de que vomite, pues sus instintos lo hacen capaz de expulsar el vómito estando boca arriba, pero su fuerza no le permite liberarse si su boca y nariz quedan atrapados contra la cama al dormir de lado o boca abajo.

Desde el diseño del hogar también se puede prevenir esta fatalidad: la cuna debe estar libre de juguetes, peluches o cojines que el bebé pueda mover involuntariamente y termine tapando su nariz o boca. Igualmente, es importante que al dormir la manta no cubra la cara del menor.

Si comparte cama con los papás, lo debido es que el bebé esté en la mitad y a la altura del pecho del adulto. Los padres no deben tomar sedantes al dormir con su pequeño, pues podrían provocar un grave accidente al no tener conciencia de los movimientos. Y, por supuesto, el cigarrillo no es bienvenido; el riesgo de muerte súbita se asocia en mayor medida con hijos de padres fumadores. Se debe evitar fumar dentro del hogar, incluso si el niño no está porque el humo se queda impregnado en el cuarto y la ropa por ocho horas, así que no basta con no hacerlo delante de él, señala el doctor Palacio.

El afán de conocimiento y curiosidad hace que los niños se expongan ellos mismos a riesgos. Por eso, el recomendado con las cunas, para cuando empiezan a sentarse y pararse, es que los barrotes tengan una separación máxima de 15 centímetros para que no les quepa la cabeza, y que sean altas para que no logren treparse, pues cualquier caída desde una altura mayor a la altura del niño significa un riesgo de daño craneal.

En el gateo

Entre más activo el menor, más medidas de precaución se necesitan. Cuando empieza a recorrer la casa se aconseja poner protectores a los tomas de energía, donde ellos tienden a meter los dedos; anclar muy bien los cables de los televisores, equipos de sonido y electrodomésticos que puedan halar y tirarse encima. Además, tener cuidado con muebles grandes que no estén empotrados a la pared, pues mientras aprenden a sostenerse usarán todo lo que encuentren a su paso para ponerse de pie.

Sobre los caminadores, el doctor Felipe asegura que en general los pediatras no los recomiendan porque generan una falsa seguridad que provoca accidentes, sobretodo en casas con escaleras, y agrega que el caminador no permite que el niño ponga sus manos si se cae, lo cual es normal en el proceso de aprendizaje.

La etapa oral

Desde los seis meses hasta los tres años el mundo se explora con la boca, así que el reto para los padres es revisar el tamaño de los objetos que los pequeños tienen a su alcance para evitar ahogamientos. Sin embargo, ahogarse no es el único problema, en ocasiones los niños tragan objetos extraños, no presentan síntomas inmediatamente, y después desarrollan constantes infecciones respiratorias.

El doctor Palacio afirma que uno de los objetos con más riesgos que un menor puede llevarse a la boca son las pilas de litio, las que usan los relojes, ya que sus compuestos químicos generan quemaduras en el organismo que pueden ser fatales si no se extrae la pila rápidamente.

La clave para evitar que el menor consuma objetos que no debe es ubicar lo riesgoso fuera de su alcance y, por supuesto, estar todo el tiempo vigilantes de sus acciones.

Niños grandes

El instinto es natural en el ser humano y se desarrolla desde pequeños; sin embargo, es alrededor de los cinco y siete años que un menor aprende a reconocer los riesgos. Esto no quiere decir que a partir de esa edad se pueden dejar solos. El doctor Felipe resalta algunos espacios del hogar donde los niños no de deberían acercarse:

• La cocina: el único motivo por el que un niño entre a la cocina debe ser porque tiene más de siete años y va a preparar un alimento, por diversión, junto con un adulto responsable. De lo contrario, ningún menor debería exponerse a líquidos calientes, estufas, cuchillos, vidrios. Además, cerca de la cocina están también los elementos de limpieza que son altamente tóxicos.

• Zona de planchado: aunque los adultos se confían de tener la situación bajo control, los accidentes son inesperados y un quemón con una plancha no solo es una herida permanente para el niño sino un sentimiento de culpa con el que tendrá que lidiar el adulto.

• Ventanas y balcones: la primera regla es que los niños no deben estar solos en un balcón o cerca de una ventana, mucho menos si cerca hay una silla o mesa donde puedan subirse. El profesional aclara que algunos médicos recomiendan poner mallas para mitigar los riesgos, más él opina que las mallas dan la misma falsa seguridad que los caminadores y sugiere que lo ideal sería enseñarle a los hijos que es peligroso acercarse mucho a las barandas, así el día en que el menor se enfrente solo a un balcón sin malla y sin adultos cerca, podrá reconocer el peligro y alejarse de él.

• Piscinas: así sepa nadar, un menor de siete años no puede estar sin la presencia de un adulto responsable en una piscina, porque los juegos que allí se realizan pueden generar accidentes

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