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¿Qué papel juegan las habilidades blandas en la cuarta revolución digital de Medellín?

Las empresas de base tecnológica enfrentan dificultades a la hora de encontrar talento capacitado, y cuando lo encuentran o lo han formado, muchas veces sus empleados carecen de las habilidades necesarias para relacionarse y trabajar en equipo.

  • La comunidad “Tech” DMente hablando en la Universidad Eafit. FOTO INSTAGRAM @comunidad.dmente
    La comunidad “Tech” DMente hablando en la Universidad Eafit. FOTO INSTAGRAM @comunidad.dmente
11 de mayo de 2022
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Las habilidades blandas, o soft skills, se van entendiendo cada vez más en las empresas como requisitos determinantes a la hora de contratar un nuevo empleado.

Son las capacidades que tienen las personas para comunicarse, empatizar, liderar. Son las herramientas que tiene alguien para trabajar en equipo, y relacionarse adecuadamente con cada uno de sus integrantes.

Las empresas buscan que sus empleados sepan responder a la presión que hay en una temporada alta de trabajo. Que sepan enrutar las conversaciones de todos los proyectos que manejan, asertivamente, hacia su compañero de equipo. Que sean capaces de tener iniciativa y proponer, desde su personalidad, cada vez más y nuevas maneras de encarar los proyectos.

En Medellín las universidades lo han ido entendiendo de a poco. No con la rapidez que demanda el mercado, como todos los cambios que suceden en la educación, pero siempre con la solución en la raíz: los estudiantes.

La premisa que han llevado comunidades “Tech” en Medellín a las universidades es que en ellas se forjen estas habilidades para que en el futuro no haya, como ahora, mucha gente con experiencia técnica y nulas capacidades de relacionamiento. Este es el problema esencial que tienen las empresas de tecnología una vez encuentran empleados con experiencia.

Según David Vélez, CEO de Nubank: “Se calcula hoy que hay un déficit de más de 150.000 programadores en Colombia, y este déficit aumenta anualmente”. Es decir, en este momento hay un gran vacío de trabajadores con capacidades de base tecnológica, y además de ese problema, las empresas de software cuentan con empleados que son aptos técnicamente para ejecutar su trabajo, pero con carencias para empatizar y comunicarse entre ellos.

DMente es una comunidad “Tech” que nació en Medellín hace más de 3 años con el propósito de aportar soluciones a esa necesidad del mercado laboral. Se dieron cuenta de que en la ciudad habitaban un puñado de comunidades “Tech” que enseñaban a sus adeptos habilidades técnicas para desenvolverse en el ecosistema digital, tanto paisa como internacional, y que no había aún alguna que se encargara de enseñarles como practicar una entrevista de trabajo en virtualidad, o que le enseñaran a los empleados y estudiantes a comunicarse con sus pares cuando no estaban ocupados echando código.

“Poco a poco las instituciones universitarias han comprendido la importancia de preparar los futuros talentos, no solo en conocimiento técnico, sino también en desarrollar características de la personalidad que son fundamentales para lograr una posición dentro de una compañía”, dice Ana María Ochoa, gestora y speaker de DMente.

Opina también sobre la educación de cara a la cuarta revolución digital: “Las universidades vienen haciendo un esfuerzo significativo acercándose a comunidades tech y desarrollan programas y planes orientados al desarrollo de competencias del ser para preparar al talento joven frente a las necesidades y skills que exige en la actualidad la revolución 4.0; como lo son la creatividad, autogestión, innovación, empatía, flexibilidad, liderazgo e influencia, pensamiento analítico y aprendizaje continuo”.

DMente hace mentorías gratis para sus más de 1.530 miembros acerca de cómo tener una entrevista de trabajo con empresas de base tecnológica. Simulacros en inglés, conversaciones con las empresas en busca de retroalimentación.

Ana María cree que lo que hace falta para considerar fundamentales a las habilidades blandas es “entender que el trabajo va más allá de tener unas responsabilidades y cumplir con un horario”, que si esto se logra “tendremos como resultado lo importante que resulta desarrollar habilidades humanas o blandas que nos permitan encontrar nuestro real propósito de vida”.

“No alcanzamos resultados gracias a capacidades técnicas, lo hacemos gracias al conjunto de habilidades, tanto humanas como en conocimientos específicos en un área, lo cual facilita compartir conocimiento, mentoring, aprendizaje, empatía y flexibilidad dentro de los equipos de trabajo. Al final del día más que trabajadores somos personas”. Dice Ana.

DMente es una comunidad que funciona horizontalmente. No hay jerarquías, y todo esto apunta, según ellos, a difuminar un poco las distancias entre las personas. De ahí su nombre:

“Nuestro nombre nos define como comunidad. Somos un equipo de mente abierta, dispuesto a llegar a todas las comunidades y desarrollar talento sin ningún tipo de distinción de raza, género, política, religión o creencias. Estamos convencidos de que las diferencias permiten crear cultura y equipos creativos e innovadores dentro de las organizaciones”.

La gente empieza a ciegas cuando se trata de aprender código. Es un idioma distinto que, para complicarlo más, está vedado de los intereses comunes para los jóvenes. Es vital trabajar en las habilidades blandas para disminuir la complejidad en los procesos de contratación de las empresas.

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