Tiene un metro, lo separa en cien centímetros y luego en mil milímetros. Coge uno de esos milímetros y lo divide en un millón de partes. ¿Cree que podría ver una de esas en la palma de la mano? La respuesta es no, pero sabe que está ahí. Así de pequeña e imperceptible es la nanotecnología, el mundo de los dispositivos y materiales a escala nanométrica.
“El físico estadounidense Richard Feynman en 1959 fue el que empezó a abrir las puertas de la nanotecnología que se utiliza en áreas como la industria (pinturas y textiles), lo ambiental (descontaminación de aguas) y la salud (diagnóstico y tratamiento de enfermedades)”, explica Marta Elena Londoño, profesora de la Universidad EIA.
El “mundo nano” solo se ve con instrumentos de alta tecnología como microscopios electrónicos de transmisión y microscopios de fuerza atómica. Todo ocupa menos espacio. El tamaño de un celular es más pequeño y delgado (en comparación a los de hace 15 años) gracias a los “nanocircuitos” que lo conforman. “Si se aprovechan las propiedades de la nanotecnología se pueden hacer dispositivos más funcionales”.
Hay más. “Logra tratamientos médicos más efectivos, por ejemplo, en terapias para el cáncer se puede llegar al punto específico donde se deben eliminar las células cancerígenas”.
En Medellín hay negocios e investigaciones que producen a partir de esta tecnología. Le contamos sobre tres, que elegimos guiados por Ruta N