La historia de David Rueda Noy es el ejemplo perfecto para hablar de lo que significa ser youtuber en la sociedad contemporánea. El niño de nueve años, residente del barrio la Floresta Sur en Bogotá, huyó de su casa en un intento desesperado de cumplir su sueño de dedicarse a este oficio, alejándose de su familia porque aún no le permitían tener celular, ni mucho menos, subir videos a las redes sociales como YouTube.
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El niño, que apareció 18 horas después en la terminal de transportes de Bogotá, solo había dejado una carta escrita con algunas palabras ilegibles. Papá o mamá, quien lea esto. Me fui porque he querido (...) y ser un youtuber, pero veo que no lo voy a lograr. Estoy en la calle, no sé dónde. Estoy solo, he querido ser un (...), niño bueno, lo intento, pero lo intento. Adiós”.
La desesperación de su madre la hizo salir en medios de comunicación del país, donde aseguró que él siempre manifestó su sueño de ser youtuber, tener su propio canal y hacerse famoso.
“Yo siempre le decía que lo apoyaría, pero más adelante, cuando estuviera un poco más grande. Yo le decía a él, todo a su debido tiempo, o sea, todavía no porque está muy chiquito”.
El fenómeno de ser youtuber
Al hablar de las figuras del entretenimiento de nuestra sociedad actual, es imposible no pensar en lo que representan los youtubers. El oficio habla específicamente de un productor y creador de contenido audiovisual que usa YouTube como su plataforma.
Existen distintos tipos de youtuber, entre los que destacan los gameplays (hacen streaming de videojuegos), de cocina, turismo, retos, bromas y hasta algunos se dedican a obras sociales que impactan positivamente en la sociedad. Es el caso de MrBeast, youtuber y empresario estadounidense, que hace su contenido para ganar altas sumas de dinero e invertirlas en la humanidad. En una entrevista para el medio Time el hombre aseguró ganar entre tres a cinco millones de dólares por cada video que publica.
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Como él, son millones de creadores de contenido en esta plataforma, que incentiva a los influenciadores a continuar allí a través de unas placas que otorgan a los creadores más comprometidos con su audiencia y contenido. La placa de Plata la entregan por 100.000 suscriptores; la de Oro, por 1’000.000 de suscriptores; la de Diamante, por 10’000.000 de suscriptores y la de Diamante rojo, por 100’000.000 de suscriptores.
Es común que entre las profesiones que tienen en cuenta los niños y jóvenes cuando se les pregunta qué quieren ser cuando grandes se encuentre la de youtuber o influenciador. Son figuras que están presentes en sus vidas, principalmente aquellos que crean contenido que es del interés de cada menor. Si tiene acceso a internet, es probable que tenga sus influenciadores favoritos.
Esto hace que la industria sea muy atractiva. Los niños se reflejan en ellos y sueñan con alcanzar a quienes ven en las pantallas. Según el psicólogo Rodrigo Mazo Zea, docente de la Universidad Pontificia Bolivariana, los youtubers o influenciadores son figuras realmente “inalcanzables”, más si estamos hablando de menores de edad.
“Estos influenciadores son modelos a seguir que suelen mostrar estilos de vida llamativos, pero inalcanzables para los pequeños y jóvenes, por lo que pueden generar frustración en ellos. Quieren imitarlos, ser reconocidos en redes, buscan el protagonismo social en estas plataformas. Los medios digitales dan un estatus social, además asegura ingresos económicos, lo que suele ser más llamativo”.
Ana María Sánchez, profesora de experiencia de usuario del pregrado en Comunicación social de la Universidad Eafit, compartió ese pensamiento. “Los chicos están nublados por la inmediatez, el dinero asequible y accesible y ellos encuentran en los elementos digitales una opción para alcanzar sus sueños. Como familia, debemos hacer un control de niños y jóvenes, hay padres muy permisivos y esto puede ser peligroso para ellos”, aseguró.
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Los creadores de contenido están en auge. De acuerdo con un informe del banco estadounidense Citi, el sector superará los 67.400 millones de euros en el mundo, que está por encima del producto interno bruto (PIB) anual de países como Croacia o Lituania, según el diario europeo El País.
Al ser un sector tan variado es difícil calcular cuántos creadores de contenido conforman la industria. Goldman Sachs Research asegura que son unos 50 millones de creadores en el mundo y deberían crecer entre el 10 % y 20 % anual en los próximos cinco años.
Expertos citados en una investigación de El País asegura que el fenómeno tiene una explicación y es la descentralización de la creación de contenido que ya no pertenece a ciertas empresas que manejaban la información como los medios de comunicación (televisión, radio, prensa). Ahora, las personas a través de su celular, pueden crear su propia plataforma para difundir contenido de su interés.
“Antes el contenido era el rey, porque era difícil de hacer y difícil de distribuir y monetizar, pero la tecnología lo ha cambiado todo”, señaló Thomas Singlehurts, jefe de investigación de medios en Citigroup Europa para El País.
“La capacidad de los propietarios de medios heredados para controlarlo se ha reducido significativamente”, añadió. También aseguró que es “increíblemente difícil” alcanzar el éxito en esta profesión, ya que cualquiera con teléfono puede crear contenido y la competencia es muy amplia.
En el caso de los niños, ellos pueden disfrutar de crear contenido donde pueden expresarse libremente y mostrar su creatividad, con el acompañamiento de sus padres. Crear contenido en YouTube les permite explorar sus intereses, ya sea jugando, haciendo manualidades, contando historias o enseñando cosas nuevas. Esto les brinda una oportunidad única para desarrollar su imaginación.
Sin embargo, también tiene su lado oscuro. Los niños pueden perder su privacidad; estar sometidos a presión y estrés, ciberacoso y comentarios negativos, explotación comercial, efectos negativos en el desarrollo psicológico por la necesidad de validación a través de la interacción virtual, entre otros. Es por eso que esto se debe hacer en compañía de un adulto responsable que ayuda a establecer límites.
Los cinco niños más famosos del mundo en YouTube
1. Ryan Kaji de “Ryan’s World”: Ryan Kaji es uno de los pioneros en la categoría de niños YouTubers. Su canal incluye una variedad de contenido dirigido a niños, como reseñas de juguetes, experimentos científicos, y desafíos divertidos. Ryan ha logrado construir una marca sólida, incluyendo acuerdos de licencia para productos en tiendas como Target. Su canal tiene aproximadamente 34.4 millones de suscriptores
2. Nastya (Anastasia Radzinskaya) de “Like Nastya”: Nastya es otra estrella infantil muy popular en YouTube, con contenido que incluye juegos, aventuras, y actividades educativas. Originaria de Rusia, su canal se ha expandido a nivel internacional y cuenta con más de 119 millones de suscriptores. Además de YouTube, Nastya ha incursionado en merchandising y ha colaborado con marcas como Dannon y Legoland
3. Diana y Roma del “Kids Diana Show”: Estos hermanos de Ucrania son conocidos por sus videos de aventuras en vivo y animadas. El Kids Diana Show tiene más de 1.54 millones de suscriptores y es uno de los canales más vistos en Estados Unidos. El éxito de su canal también les ha permitido lanzar una línea de productos en colaboración con Walmart.
4. Vlad y Niki: Vlad y Niki son dos hermanos que han capturado la atención de niños en todo el mundo con su canal “Vlad & Niki”, que presenta una mezcla de acción en vivo, animación y música. El canal ha acumulado más de 26 millones de suscriptores y los hermanos también tienen su propia línea de juguetes disponible en tiendas como Walmart.
5. Elenco de “Toys and Colors”: Este canal cuenta con varios niños como protagonistas que participan en juegos de rol y sketches educativos, ayudando a los niños a aprender sobre temas cotidianos de manera divertida. Con 51.7 millones de suscriptores, el canal ha sido un éxito considerable entre los preescolares
Estos canales han logrado captar grandes audiencias a nivel mundial gracias a su contenido atractivo y bien dirigido, demostrando la capacidad que tienen los niños para insertarse en este mundo, siempre, en compañía de sus padres o adultos responsables.
