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¿Cómo meterle hierro al fríjol y que sepa igual de bueno?

Cultivos biofortificados para disminuir la carencia de micronutrientes en la población. Se entregan variedades de fríjol desarrolladas de manera natural.

  • Esta es una de las nuevas variedades de fríjol biofortificado. Las deficiencias de hierro y zinc son dos de las mayores carencias de micronutrientes, de ahí que concentren el esfuerzo de distintas entidades. También vitaminas como la A. FOTO CIAT
    Esta es una de las nuevas variedades de fríjol biofortificado. Las deficiencias de hierro y zinc son dos de las mayores carencias de micronutrientes, de ahí que concentren el esfuerzo de distintas entidades. También vitaminas como la A. FOTO CIAT
31 de mayo de 2016
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En un país con altos niveles de desnutrición, que al fríjol le “metan” más hierro y más zinc es una ayuda para suplir deficiencias que conducen a distinto tipo de enfermedades.

Ese producto ya está y será entregado a comienzos de junio gracias a una alianza del Centro Internacional de Agricultura Tropical (Ciat) y la Federación Nacional de Cereales, Fidar y HarvestPlus.

Fríjol para cultivar en zona andina, con un 60 % más de hierro (82 partes por millón) y 50 % más de zinc (43 partes por millón, cuando las variedades tradicionales tienen un promedio de 50 y 28.

Eso en cuanto a dos variedades, Bio-101 y Bio-107, mientras la SAB-618 viene con un 20 % más de hierro (62 ppm) y 30 % de zinc (38 ppm), pero tiene un ingrediente que compensa: mejor rendimiento y tolerancia a la sequía.

Hay un detalle para tener en cuenta: no se trata de variedades transgénicas, dijo José Restrepo, de la organización Fidar. Se obtuvieron mediante cruzamiento.

Steve Beebe, experto del Ciat, explicó que se trata de un proceso de producción con semillas naturales.

Así se mete

¿Cómo se mejora el contenido de micronutrientes de una planta si no es por medio de transferencia artificial de genes? Se acude al banco de germoplasma, indicó Beebe. En el Ciat se tienen más de 26.000 acepciones de fríjol y más de 10.000 de especies hermanas.

Entre ellas se buscan aquellas con mayor contenido del micronutriente requerido, en este caso hierro y zinc. El Ciat es el único de los 15 centros internacionales de agricultura que trabaja con fríjol. También con otros materiales como arroz para mejorar su contenido de zinc.

El mejorador hace entonces cruzamiento para seleccionar las características deseadas hasta obtenerlas.

Para tener un material probado tardan cerca de 3 años, pero buscar características adicionales como resistencia a enfermedades y plagas y a la sequía toma de 7 a 8 años.

En este caso, según Restrepo, se trabajó con el fríjol entre 2013 y 2015 en cinco departamentos andinos (Santander, Huila, Cauca, Nariño y Quindío). El producto final es lo que se denomina un producto biofortificado.

Estos fríjoles presentan además buenas características culinarias, que es otro de los asuntos que se deben cuidar. Tienen buen sabor y, por lo pequeño, no generan tantos gases, según Restrepo.

Un complemento

Pero un alimento biofortificado no es la panacea. Es una herramienta más para la lucha contra la desnutrición o las dietas desbalanceadas.

Elise Talsman y Sonia Gallego, de HarvestPlus, organización que busca mejorar la nutrición en el mundo, recordaron que en todo el planeta hay una deficiencia alta de micronutrientes y minerales, que pueden conducir desde el retraso mental hasta ceguera y en algunos casos la muerte.

“La biofortificación no es la solución, es un suplemento, no el único”, dijo Talsman.

Es un complemento a otras estrategias, según Gallego. “El fríjol se consume mucho, por eso se busca llegar a un producto de alto consumo”.

En zonas donde es mayor la desnutrición su aporte sería importante. Porque no se trata solo de tener qué comer sino de que nutra.

Por eso una variedad con tolerancia al calor y alto valor nutricional, opinó Beebe, sería útil en regiones como la costa Caribe en donde el nivel de anemia en niños es del 35 al 40 %. “Si hubiera fríjol allí tendría impacto social”.

Es uno de los objetivos del Ciat, que trabaja en obtener esa variedad a mediano plazo.

Por ahora, la presentación de las nuevas variedades a las que les “metieron” más hierro y zinc se realizará en Barichara, Santander. Todas tienen registro del ICA y podrán ser comercializadas.

A Beebe la experiencia le dice que funcionarán bien entre los 900 y 1.800 metros de altura.

Sí, fríjol fortificado pero igual de rico.

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