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Concejala dice que el Nobel es como premiar a un atleta sin ganar

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08 de octubre de 2016
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Aunque con distintas posiciones, los concejales de Medellín felicitaron al presidente Juan Manuel Santos por el Premio Nobel de Paz recibido el viernes y esperan que el hecho sirva para enrutar el proceso de paz y que este llegue a feliz término.

Jaime Cuartas, de la Alianza Verde, señaló que el galardón es un reconocimiento al Presidente por su perseverancia, su apuesta firme y con convicción por la paz, incluso sacrificando muchas cosas del país.

“Ojalá sea un impulso al proceso de paz y a la mesa de diálogo. Yo hago la reflexión sobre que si Colombia ya tiene dos Nobel (el de literatura con Gabriel García Márquez, 1982; y ahora el de Paz con Santos), que eso nos convierta en un país que lea más y que tenga una paz verdadera, duradera y estable”.

Recalcó que en lo que hay coincidencia es en que tanto los del no como los del sí anhelan la paz, lo que indica que, “la paz no es de Juan Manuel Santos ni de Álvaro Uribe, es de Colombia y si nos mentalizamos y hacemos cambios internos, vamos a lograr esa paz tan deseada”.

La concejala del Centro Democrático, María Paulina Aguinaga, fue más crítica. Subrayó que no se puede olvidar que Noruega (que entrega el premio Nobel) es de los países garantes del proceso: “ellos mismos se están autopremiando, y no digo que no tenga validez o legitimidad, seguramente, y ojalá eso contribuya a la paz y felicito al presidente Santos”.

Sin embargo, dijo textualmente que darle el Nobel de Paz a Santos es igual a premiar un deportista que no ha ganado: “esto es como si un atleta recibe la medalla de oro antes de correr la competencia, porque el acuerdo se firmó pero no fue refrendado por el pueblo, todavía no tenemos paz, si no, miremos las cifras de asesinatos y muertes y de todo”, advirtió.

Y añadió que Noruega no sabe cuál es el contexto colombiano, “porque nos están hablando de guerra civil, cuando acá nunca hubo guerra civil”, dijo y pidió evitar la polarización, pues todos los colombianos desean lo mismo: la paz.

También sostuvo que la campaña de los concejales del Centro Democrático en Medellín fue pedagógica y no buscando desinformar y confundir y que la renuncia de Juan Carlos Vélez al partido fue una consecuencia lógica a sus afirmaciones.

“No soy quién para juzgar si mintió, de una u otra forma todos actuamos de buena fe y por amor a la Patria”, concluyó.

Otras voces

El corporado Simón Molina, también del Centro Democrático, advirtió que el Nobel para Santos le resulta paradójico luego de los resultados del plebiscito del dos de octubre, cuando se impuso el No sobre el Sí que avalaba los acuerdos firmados en La Habana entre el Gobierno y las Farc.

“Hay que entender también que la comunidad hace un reconocimiento al esfuerzo que está haciendo el país por encontrar un acuerdo y esperamos que el Nobel sirva para que el Gobierno entienda que todos los colombianos queremos la paz, pero hay que redireccionar lo negociado”.

Molina subrayó que luego de la polarización previa al plebiscito, “el país está sintonizado con la reconciliación, con escucharnos los unos a los otros y en ese sentido va a ser importante el diálogo”.

Advirtió también que en la renegociación, seguramente, de parte y parte hay unos mínimos inamovibles, pero se trata de llegar a consensos, “para que se consiga una paz que sea sostenible en el tiempo”.

A su vez, Luz María Múnera, del Polo Democrático, dijo sentirse feliz con el Nobel, porque tras el revés del plebiscito, “muchos nos hallábamos casi que de luto frente al proceso de paz y esto es una luz que aparece en el horizonte”, aunque advirtió que no pueden olvidarse otras realidades del país, como el desempleo y los graves problemas de salud.

Daniel Carvalho, del movimiento Creemos, destacó que Santos es merecedor del premio porque en la apuesta por la paz se jugó todo el capital político, aún contra tantas adversidades que ha tenido en el camino.

“En cuanto al país, siento que nos da un impulso a los que estamos convencidos de lo urgente que es hallar una salida negociada y un mensaje a los que negocian el sí y el no de que la comunidad internacional espera una salida positiva y pronta al tema de la paz”.

Madres de las víctimas

Otros actores importantes del proceso son las víctimas, que recibieron el Nobel como un reconocimiento a ellas, sus luchas y sus organizaciones.

“El Nobel también avala la lucha de las víctimas y esto es un reconocimiento internacional que debe servir para que lo pactado con 91 organizaciones que nos representan se cumpla y no quede en el limbo”, expresó Luz Elena Galeano, del colectivo Mujeres Caminando por la Verdad, que busca a su esposo Luis Javier Laverde Salazar, desaparecido en la comuna 13 de Medellín el 9 de diciembre de 2008.

A su vez, Teresita Gaviria, del colectivo Madres de La Candelaria, comentó que ojalá el Nobel sirva para enderezar el camino, pues aunque no se sienten representadas por los dirigentes del No, entiende que son los que están renegociando los acuerdos y espera un consenso pronto.

“Nosotras las víctimas fuimos las que pusimos los desaparecidos, los muertos, las masacres que nos tocó ver, pero tenemos un premio internacional tan grande y estamos pegados de minucias”, advirtió.

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