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La moraleja: hay que seguir lo que dice la ley

Luis Gonzalo Mejía Cañas tiene 40 años de experiencia en diseño estructural. En su opinión, el tema no es de normas; solo basta cumplir las existentes. Camacol difunde entre sus afiliados mejores prácticas constructivas.

  • Camacol se anticipa a cambios normativos y sus afiliados acogen las recomendaciones sobre buenas prácticas constructivas. FOTO EL COLOMBIANO
    Camacol se anticipa a cambios normativos y sus afiliados acogen las recomendaciones sobre buenas prácticas constructivas. FOTO EL COLOMBIANO
26 de noviembre de 2014
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Avalado por más de cuatro décadas de trabajo como ingeniero calculista, Luis Gonzalo Mejía Cañas repasa la dolorosa experiencia del edificio Space y, para el presente y el futuro de la construcción, considera que la más valiosa lección que de allí hay que derivar es que todos los eslabones de la construcción cumplan la ley. ¡No más!

En diálogo con El Colombiano, el experto destacó que las normas de sismorresistencia contenidas en la NSR10 son buenas, pues fueron adaptadas de las más exigentes que se promulgan en Estados Unidos. “De manera que si se cumplieran esas directrices, pues no tendrían que ocurrir tragedias como esa”.

Mejía Cañas enfatizó en que no hay que redactar dos o tres nuevos tomos de nada, pues quienes diseñan, construyen y supervisan o hacen interventorías de las obras, tienen pautas precisas que deben seguir. Eso, dijo, en cuanto a los agentes particulares.

Con relación a las curadurías, sí consideró que debe hacerse un ajuste legal, de manera que ellas sean las que siempre revisen los diseños, ya sea con personal propio o con especialistas externos, manteniendo así una clara responsabilidad en la materia.

Adicionalmente, juzgó necesario que los diseños que se presenten a revisión sean “sorteados”, para evitar que caigan en las manos de curadores complacientes con los edificadores.

En cuanto a la interventoría, el consejo que dio es que la haga un tercero, siguiendo para ello las normas que también contempla la NSR10.

Camacol se adelantó

Obrando con sentido proactivo, Camacol Antioquia ya está sensibilizando a sus afiliados sobre las bondades de acoger unas buenas prácticas para el desarrollo de construcciones más seguras y confiables. Eduardo Loaiza Posada, gerente del gremio, destacó el resultado de esas reflexiones.

Primero, aunque la ley permite que la supervisión técnica de las obras la realice la misma constructora, se cree que lo ideal es que esa tarea la hagan especialistas externos. A ese cambio legal se le han anticipado la Junta y los afiliados, que pesan el 70 por ciento dentro del sector formal.

El gremio de los constructores da por hecho que, en virtud de mandatos legales, las interventorías tendrán que ser realizadas por terceros. No obstante, Loaiza Posada tiene la certeza de que una vez aprobada la norma respectiva, su vigencia solo sería a partir del segundo semestre de 2015.

“Aquí, anotó el gerente de Camacol Antioquia- ya la estamos poniendo en práctica desde ahora, para generar un ambiente de mayor tranquilidad y credibilidad entre los compradores”.

Segundo, también se consideró apropiado que otra persona, independiente, se ocupe de la revisión de los diseños estructurales. Esos diseños son vitales, pues en caso de un evento sísmico son los que evitan que las edificaciones colapsen.

Esos ojos, frescos, se requieren, especialmente en momentos en que la construcción tiene tal ritmo en Antioquia que hoy se hacen 10 veces más unidades habitacionales que en 2001. En números, eso significa que se pasó de 2.500 o 2.800 viviendas anuales a cerca de 30.000, lo cual implica que el margen para los errores también se multiplicó.

Una tercera innovación que está en marcha gira alrededor del cierre técnico de las obras. Para explicarlo, Loaiza Posada trae a colación que en los proyectos se habla de un cierre comercial, que ocurre cuando se logra un nivel de preventas del 60 o 70 por ciento de las unidades residenciales. Logrado ese punto, la construcción queda lista para arrancar. Eso, por supuesto, si también se tiene un cierre legal, o sea todos los permisos, cuyo corazón es la licencia de construcción. Súmele el cierre financiero, que tiene que ver con el esquema de financiación, cuotas iniciales, fiducias para administrar los dineros, forma de pago a quien aporta el lote, etc.

Todo eso está bien, dijo el gremio en la autorreflexión. ¿Pero, acaso no deberíamos tener también un cierre técnico”.

La respuesta fue que sí. De ahí, que la recomendación para los afiliados al gremio constructor es que antes de colocar la primera piedra de las obras, se tenga la certeza de que están listos los planos y diseños. Todos, recalcó Loaiza Posada. Y no son pocos. Eso implica que, desde ahora, el desarrollo de los proyectos pone a dialogar en una suerte de “Junta Directiva” al director y a quienes tienen la responsabilidad del estudio de suelos, los planos arquitectónicos, de ingeniería, estructurales, constructivos y todas las redes. Ellos deben hablar entre sí. Ese diálogo interdisciplinario garantiza una mejor ejecución de las obras, permite identificar posibles errores en la edificación y, en consecuencia, genera eficiencias que, a la postre, evitan sobrecostos y le dan mayor seguridad a las construcciones.

30
mil viviendas se hacen hoy en Antioquia, o sea 10 veces más que en el 2001.
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