La frontera y la región, en especial el área metropolitana de Cúcuta, que es la que recibe con mayor fuerza el impacto de esta crisis, atraviesan una crisis social, económica y de ilegalidad sin antecedentes.
La ilegalidad y la criminalidad se han tomado la zona fronteriza, de lado y lado. Eso impacta no solo en derechos humanos, crisis humanitaria y de violencia, sino que afecta la vida y la cotidianidad.
Cualquier medida en Venezuela, que beneficie o no a la ciudadanía, a nosotros nos impacta fuertemente. Somos la frontera más activa de Latinoamérica, tenemos lazos de intercambio económicos, sociales, políticos, culturales y familiares muy grandes e históricos. La situación de Venezuela nos golpea y Cúcuta depende aún mucho de lo que ocurra del otro lado.
El Gobierno Nacional debe reaccionar en el nivel de la deuda histórica que tiene con los nortesantandereanos. Insistimos que la crisis de Venezuela la resuelven los venezolanos. El gobierno colombiano debe resolver la crisis social, económica, de corrupción y criminalidad que hoy azota la región y frente a la cual hasta ahora solo hay promesas. Esperamos que se concreten las medidas necesarias para sortear este panorama crítico que se afronta en Cúcuta y Norte de Santander.
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