La decisión del Comité Consultivo de Regla Fiscal del pasado 15 de junio de permitir al Gobierno abandonar la regla por dos años es, en mi opinión, acertada. Las cláusulas de escape de las reglas fiscales tienen precisamente el propósito de permitir el abandono de las metas cuando ocurre un choque económico que hace difícil acomodar la necesidad de déficit del Gobierno dentro de los parámetros de la regla.
Más aún, ante choques económicos de magnitud como el relacionado con el covid-19, es más conveniente y transparente abandonar temporalmente el cumplimiento de la regla que flexibilizar sus parámetros. Lo que es fundamental ahora es que el Gobierno presente lo más pronto posible el plan de acción concreto que le permitirá retornar a la trayectoria de la regla, con el fin de no minar su credibilidad. Un aspecto importante es que, aunque la regla ha probado ser un instrumento útil para el país, la deuda pública ha aumentado de forma significativa desde su implementación y seguirá haciéndolo en los años que vienen. En este orden de ideas, es crucial que se dé un debate en el país sobre la conveniencia de revisar algunos aspectos de la regla incluyendo su institucionalidad, de manera tal que su implementación hacia adelante asegure una reducción gradual de la deuda pública con niveles sostenibles en el mediano plazo.