La Encuesta de Percepción Ciudadana que presentó Medellín Cómo Vamos la semana pasada, viene acompañada este año de la Agenda Ciudadana 2015, que recoge los principales temas que configuran la ciudad con la que sueñan sus habitantes.
La Agenda Ciudadana, cuyos datos son recogidos y sistematizados también por la firma Ipsos-Napoleón Franco (ver ficha técnica en la edición web), se hace cada cuatro años, coincidiendo con la cita electoral para elegir alcalde y concejales. Este año, como lo hemos podido verificar en las entrevistas que venimos publicando con todos los candidatos a la Alcaldía de Medellín, las prioridades en sus programas, con diversos matices pero coincidiendo en su ubicación prioritaria dentro de sus planes, se enmarcan en cinco ejes: seguridad urbana y lucha contra la criminalidad, educación de calidad, movilidad, políticas de empleo y cultura ciudadana.
Los puntos que arroja la Agenda Ciudadana son similares, aunque no haya, como lo precisa la firma encuestadora, “una única agenda que refleje la pluralidad de visiones sobre cómo debería ser el futuro de Medellín”.
Dentro de los ejes temáticos, el 60 % de los entrevistados considera que se debe aumentar la capacitación para el empleo de jóvenes de los sectores más pobres. El 41 % demanda una mejora de la calidad en la educación pública y pide mayor formación docente. En el sector salud, especialmente en el prestado por el sector público, el 69 % pide mejorar la calidad del servicio, y de ellos el 43 % espera que los gobernantes puedan reducir los tiempos de espera. El 35 % dice que hay que fortalecer los controles y sanciones por contaminar el aire, los ríos y quebradas, y por el ruido (ver el informe de este diario del pasado domingo, sobre los niveles insoportables de ruido de esta ciudad).
En cuanto a movilidad, mientras el 28 % prefiere una agenda enfocada en la malla vial y a la ampliación de vías, un 51 % de los encuestados ubica el mayor reto en el componente de aplicación efectiva de las normas y el control del tránsito. No es gratuito que la mayoría lo enfoque por ese lado: un simple examen al comportamiento de los motociclistas, por ejemplo, arroja el nivel de anarquía en las vías y la burla a la autoridad y a las normas cívicas y de tráfico.
Sin embargo, hay un indicador en esta Agenda Ciudadana que destaca por sí solo: preguntados sobre las virtudes que debe tener el próximo alcalde de la ciudad, un 76 % de entrevistados lo dice con rotundidad: transparencia y honestidad. Si bien se valoran también el conocimiento de la gente, sus necesidades y problemas (64 %), la preparación y experiencia (38 %), es la honradez lo que prima.
Paradójico sería que con semejante demanda por pulcritud, las urnas arrojaran un resultado que pugne con tal virtud ética. Hay elementos de juicio en las hojas de vida y trayectorias de los candidatos, no solo a la Alcaldía sino a la Gobernación de Antioquia, para que los ciudadanos sepan quién garantiza mejor esos valores. No se puede aceptar que la pulcritud se limite a que algún candidato no tenga condenas o sanciones, ya que ello muchas veces no viene dado por la honestidad personal, sino por la inoperancia de la justicia y de los organismos de control. Frustra, pero es así.
Antioquia y Medellín tienen que ser consecuentes, responsables además de su propio destino, y apostar con su voto por la decencia y la rectitud.
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