El Concejo de Medellín está a punto de aprobar un proyecto de Acuerdo Municipal que le fue presentado por el alcalde de la ciudad, Federico Gutiérrez, para ceder a título gratuito a favor del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, su porcentaje de propiedad (50 por ciento) del extenso lote denominado Tulio Ospina, ubicado en jurisdicción de Bello.
Tanto en la solicitud del alcalde de Medellín, como en el texto del Proyecto de Acuerdo (el 118 de 2018) se habla de forma más bien vaga de que este se cede al Área Metropolitana con el fin de “ser aprovechado para la ejecución de un proyecto ambiental para el Área Metropolitana del Valle de Aburrá”. Si bien en los debates en la comisión del Concejo algunos corporados han pedido que se especifiquen las condiciones y destinación del lote, lo que al final se cumplirá jurídicamente es lo que diga el texto del Acuerdo aprobado, y no lo que hayan dicho los concejales en las sesiones.
Creemos que una decisión de tal naturaleza no puede despacharse, ni por parte del alcalde de Medellín ni por parte del Concejo, como si fuera un proyecto ordinario para la construcción de una plaza o un parque barrial. Según información que la Gobernación de Antioquia suministró a este periódico en septiembre del año pasado, el área del lote Tulio Ospina es de 91 hectáreas. El Departamento de Antioquia y el Municipio de Medellín son propietarios por mitades, proindiviso, según cesión que hace años hizo el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, con el fin exclusivo de que allí se hiciera un parque. No se hizo nunca, y el año pasado el ICA modificó la condición.
Dijo el ICA que “se libera el uso del inmueble de la construcción exclusiva de un parque metropolitano, habilitando a los cesionarios para el desarrollo de proyectos de naturaleza pública orientados a satisfacer los fines del Estado”. Una cláusula general en la que puede caber casi cualquier cosa. De hecho, EL COLOMBIANO, en informe publicado el 24 de septiembre de 2017, detalló los proyectos que el gobernador Luis Pérez tiene para ese lote, entre ellos la ubicación de la Fábrica de Licores de Antioquia, la Universidad Digital, y un autódromo. El alcalde de Medellín dijo en ese momento a este periódico que no tenía conocimiento de tales proyectos. Ahora le pide al Concejo que le apruebe la cesión gratuita a favor del Área Metropolitana.
Lo cierto es que falta claridad y mayores explicaciones a la ciudadanía. Si bien en la ponencia presentada por los concejales de Medellín, favorable a ceder el lote gratuitamente, se dice que “el compromiso que se tiene desde el Plan de Desarrollo del Departamento es para que el proyecto sea un parque ambiental abierto que se convine (sic) con equipamientos educativos, deportivos y culturales”, la sensación que queda al leer los documentos de la Alcaldía y el Concejo, y de las propias intervenciones de los concejales, es que quien va a definir todo es la Gobernación, o en concreto el gobernador. Medellín parece ir “ferrocarriliado” sin poner mayores condiciones y sin exigir concreción del proyecto y, peor, resignado a desprenderse de un activo invaluable de buenas a primeras, como si no hubiera estudiado opciones de aprovechamiento también compatibles con la protección del medio ambiente.
Por supuesto que el Valle de Aburrá necesita zonas verdes, parques, espacio público abierto para respirar. ¿Pero es eso lo que va a hacerse en el lote? ¿Quién responderá, quién será el garante de que esta condición se cumpla y no se defraude, como tantas otras veces, la confianza -por no decir credulidad- ciudadana?.
