Como lo han señalado algunos expertos, el mercado laboral colombiano, aunque con algunos signos de debilitamiento progresivo, mantiene cierto grado de resiliencia frente a la desaceleración de la economía.
Lo que pasó en materia de trabajo en junio de 2017 ilustra cómo el país, efectivamente, cuenta, hasta el momento, con esta capacidad.
En particular, luego de que en mayo de 2017 la tasa de desempleo fuera de 9,4 por ciento, en junio pasado el desempleo sorprendió y se ubicó en 8,7 por ciento. Este guarismo no solo es menor al registrado en mayo sino también al obtenido en junio de 2016 (8,9 por ciento).
De esta forma, el desempleo en Colombia se mantiene en un dígito y se ubica por debajo del 9,0 por ciento lo que, dadas las muestras evidentes de debilidad que presenta el aparato productivo, constituye un resultado destacable.
De otra parte, en junio de 2017 el número de ocupados fue de 22.8 millones de personas. Ello representa, con respecto a junio de 2016, un aumento de 552.000 personas. De igual manera, la tasa de ocupación se incrementó al pasar de 58,8 por ciento en junio de 2016 al 59,5 por ciento el mes pasado.
Según el Dane, estos resultados constituyen, respectivamente, el nivel histórico más alto de personas ocupadas en el país y la tasa de ocupación más alta para el mes de junio desde cuando se dispone de cifras comparables (año 2001).
Ahora bien, en el trimestre abril-junio de 2017 la tasa de desempleo fue de 9,0 por ciento. Ello representa un ligero aumento con respecto a igual período de 2016, cuando dicha tasa fue de 8,9 por ciento.
En este resultado fue determinante el incremento registrado en el desempleo urbano. Así, en las 13 ciudades principales y áreas metropolitanas y en las cabeceras la tasa de desempleo pasó, respectivamente, de 9,5 y 9,9 por ciento en 2016 a 10,6 y 10,2 por ciento este año.
Por el contrario, en el trimestre pasado, el desempleo en las áreas rurales se redujo al pasar de 5,2 (en 2016) a 4,4 por ciento este año. Este último registro constituye la tasa de desocupación rural más baja desde principios de la década pasada.
A pesar de las dificultades que durante los últimos meses viene teniendo la industria manufacturera, esta actividad y la agricultura fueron las que, en el trimestre abril-junio de 2017, presentaron las mayores contribuciones a la generación de empleo en el país. Por el contrario, en el comercio (que es el sector que más personas ocupa) y en la construcción se destruyeron puestos de trabajo.
En cuanto a la posición ocupacional, en el segundo trimestre de 2017 la mayor contribución a la variación positiva en la generación de empleo se presentó en los trabajadores por cuenta propia. La contribución del asalariado formal correspondió solo a una tercera parte de la primera. Este hecho constituye una señal de deterioro en la calidad del trabajo generado.
Sin embargo, en las 13 ciudades principales continúa prevaleciendo la generación de empleo formal.
Los diferentes analistas y las autoridades económicas se muestran confiados en que, durante este segundo semestre, se concrete la recuperación de la economía colombiana.
Sin duda, con ello se le daría al mercado laboral el impulso que requiere para retomar el vigor perdido y se aseguraría la generación creciente de empleo de calidad.