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Lluvias intensas, para ser previsivos

Las lluvias anunciadas con mucha anticipación siguen y seguirán causando estragos. Dentro de lo incontrolable que es el fenómeno, sí hay planes de previsión que se deben ejecutar para aminorar riesgos.

Lluvias intensas, para ser previsivos
08 de mayo de 2021
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Infográfico

Como lo han venido advirtiendo las entidades públicas encargadas del tema, y obviamente como lo han visto y sentido los habitantes de la región andina y el Valle de Aburrá, las lluvias torrenciales de estos meses de abril y mayo, muchas acompañadas de tormenta eléctrica, han sido constantes, y no por anunciadas menos dañinas.

Las tradicionales temporadas de lluvias, aquí en el país llamadas “invierno”, se extienden por periodos más largos al presentarse el fenómeno de La Niña, y por causas derivadas del cambio climático mundial, concepto que para muchos sonaba remoto y ajeno, a pesar de que cada habitante del planeta, de una u otra forma, siente y sufre sus consecuencias.

Varios pueblos de Antioquia han sentido en carne propia los efectos de las intensas lluvias, que provocan deslizamientos, riadas e inundaciones, siempre con cientos de damnificados. Las vías de comunicación intermunicipales, regionales o las carreteras troncales dejan de prestar servicio por los derrumbes y riesgos de deslizamiento, con los traumatismos para las economías, los transportes de carga, de pasajeros y particulares.

En las ciudades como Medellín o los municipios del área metropolitana, también está siempre latente el riesgo de deslizamientos en los barrios levantados sobre las laderas. También el de inundaciones, no solo en esas zonas, ocasionadas por las cantidades de agua caída sino también por múltiples factores en los que algo o mucho tiene que ver la configuración urbanística de este valle, la capacidad insuficiente de la red colectora y el desvío del cauce natural de las quebradas, por construcciones o soterrados.

El pasado jueves en la tarde una de esas trombas de agua afectó especialmente sectores del suroriente de Medellín, en El Poblado, como se pudo ver en los videos que los habitantes y trabajadores de esa zona pusieron a circular por redes sociales. Ríos de agua pantanosa desbordados por las vías, como la Loma del Tesoro, o buscando salida de sus desbordados cauces taponando calles o afectando seriamente locales y negocios, como en el sector de San Lucas.

Decían los mayores que las aguas tienen memoria, que las quebradas conocen sus cauces, que cambiarlos puede traer consecuencias muchos años o décadas después. Obviamente hay hechos de la naturaleza incontrolables, de fuerza mayor donde no hay lugar a atribuir responsabilidades humanas. Otros, en cambio, sí pueden aminorarse, como cuando estas temporadas de lluvia están anunciadas con tiempo de anticipación y el monitoreo del estado de los cauces de corrientes de agua es puntual, y libre de obstáculos o basuras acumuladas.

El Sistema de Alerta Temprana de Medellín y el Valle de Aburrá (Siata) anunció ayer que estaban evaluando con un equipo de drones, los alcances de la zona afectada en las quebradas La Sanín, La Volcana, La Marucha y La Escopetera, además de la zona cercana al segundo mirador de Las Palmas, donde hubo inundaciones riadas el jueves en la tarde.

Mientras las autoridades cumplen con lo suyo, los ciudadanos harán bien en estar atentos a las predicciones del estado del tiempo, de las lluvias, y también de los planes de manejo de riesgos y posibles evacuaciones de los lugares donde permanezcan más tiempo, sea en sus barrios o lugares de trabajo. Y sumar al trabajo conjunto para el mantenimiento de las quebradas en el estado en que deben estar para no generar estragos

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