La cifra de crecimiento de la economía revelada la semana pasada por el Dane, confirma que en el segundo trimestre de 2018 la actividad económica mantiene la lenta recuperación que se está observando desde el segundo semestre del año pasado. En efecto, el producto interno bruto (PIB) creció 2,8 % frente al mismo período en el año anterior, y fue superior también al registro del primer trimestre de 2018 (2,2 %) y del último de 2017 (1,7 %).
Fue un crecimiento relativamente generalizado, pues de los doce sectores que componen el PIB desde el punto de vista de la oferta, diez presentaron expansiones anuales. Hay que destacar el desempeño de la agricultura (5,9 % de crecimiento), industria (3,7 %) y comercio (3,6 %), que junto con el comportamiento de la administración pública (5,3 %) y las actividades profesionales (6,6 %), fueron los sectores que apuntalaron el crecimiento de la economía en el trimestre.
Esa composición del crecimiento sectorial refleja que la dinámica de la demanda agregada, sobre la cual todavía no hay cifras, sería la misma que se observó en el primer trimestre, con un consumo que se expande de manera importante en sus componentes de hogares y de gobierno, mientras que la inversión se encuentra debilitada.
El empuje del consumo de los hogares había sido captado por el mejoramiento de la confianza de los hogares que mide Fedesarrollo, indicador que hasta julio llevaba cuatro trimestres en terreno positivo. En esta ocasión, el buen desempeño del consumo de los hogares lo ratifica el comportamiento del sector comercio en la información del Dane. La expansión de la administración pública seguramente tendrá su contrapartida en el consumo de gobierno, cuando esa última entidad publique el PIB por el lado del gasto. Por otra parte, los sectores productivos relacionados con la inversión siguen postrados, como es el caso de la edificación que decreció en 7,6 %, completando con este resultado el séptimo trimestre de cifras negativas de crecimiento, y las obras civiles con 5,7 % de caída.
Con ese dato del segundo trimestre, la cifra para el crecimiento semestral es de 2,5 %. Todo parece indicar que con el impulso moderado que lleva la economía, es factible alcanzar el 2,7 % que se ha proyectado para el año completo por muchos de los analistas, incluyendo el equipo técnico del Banco de la República.
Las cifras para el primer semestre muestran mejoría frente al pasado. Sin embargo, no representan un crecimiento vigoroso y siguen siendo decepcionantes, en la medida en que refleja las dificultades que tiene la economía para superar los problemas que lastran su dinámica. En esas condiciones, la economía continúa por debajo de su potencial y aunque esto podría parecer conveniente desde el punto de vista de la mitigación de las presiones inflacionarias, no es una situación deseable en el mediano plazo porque es una grave desventaja para la generación de empleo y de ingreso para las generaciones futuras.
Por último, sería conveniente un esfuerzo pedagógico por parte de las autoridades económicas para aclarar las cifras de crecimiento. En este momento coexisten diferentes cifras de PIB (original sin desestacionalizar, desestacionalizadas y desestacionalizadas sin días hábiles). El Dane prefiere, al parecer, divulgar los resultados con base en la serie original, mientras que el Banco de la República y el Ministerio de Hacienda utilizan otras en sus análisis. Gran confusión.