Luego del fuerte ajuste que debió soportar la economía colombiana durante 2016 y de la consecuente desaceleración del producto, en el presente año el principal reto en materia económica consiste en dinamizar el crecimiento y asegurar la estabilidad macroeconómica.
De cumplirse con ello, se estarán creando mejores condiciones para que el mercado laboral se fortalezca. Esto, junto a un manejo más eficaz de la política social, ayudará a que continúen los logros en la reducción de la pobreza y una mayor equidad.
En este orden de ideas, el mayor desafío recae sobre las autoridades económicas y, en particular, en el Gobierno Nacional y el Banco de la República, pues ellas, a través de las correspondientes políticas públicas, deberán darle a la economía el manejo que garantice la superación de las dificultades que se enfrentan y el avance hacia mayores niveles de desarrollo económico y social.
Los pronósticos de los especialistas sobre el crecimiento del PIB en 2017 se ubican en un rango amplio que va de 2,1 a 3,0 por ciento. En todo caso, la percepción general es que se deberá crecer por encima de lo alcanzado en 2016, que se estima se ubique ligeramente por debajo del 2,0 por ciento.
De otra parte, hay un relativo consenso en que el sector que deberá liderar la recuperación de la economía es el de la construcción y muy particularmente el de las obras civiles, pues para el presente año se espera la reactivación de la inversión en los departamentos y los municipios, la ejecución de los proyectos regionales financiados con las regalías y, sobre todo, el inicio en firme de un número importante de las concesiones viales de 4G.
También se estima que la industria retomará un segundo aire para así desplegar su potencial productivo. En ello no solo importa continuar con la sustitución de importaciones sino impulsar las exportaciones manufactureras.
El aumento que ha tenido el precio del petróleo hace factible la recuperación de la industria petrolera. De igual manera, y con la estabilización de las lluvias, cabe esperar que la agricultura (y sus exportaciones) tenga un mejor desempeño.
Dadas las importantes inversiones realizadas recientemente en desarrollos hoteleros, se prevé que los avances que durante los últimos años ha presentado el sector turismo se mantengan en 2017.
Para que las expectativas de crecimiento general efectivamente se cumplan, resulta determinante la concreción más eficaz de las políticas gubernamentales de desarrollo productivo y de exportaciones, pues se requiere estimular la inversión privada y alcanzar mayores niveles de productividad. En esta tarea es fundamental acelerar la ejecución de los programas que fomentan el emprendimiento y la innovación.
La dinamización del aparato productivo y en especial de las exportaciones ayudará a la reducción del déficit de la cuenta corriente lo que, de la mano de unas políticas fiscal y monetaria que garanticen alcanzar las metas fiscales y de inflación, facilitará la recuperación de la estabilidad macroeconómica.
En materia de gasto público, el Gobierno deberá garantizar un manejo más eficiente y eficaz de los programas sociales, especialmente de aquellos en los que hay un gran componente de subsidios.
En un entorno internacional como el que se avizora, lleno de riesgos de tipo económico y político, las autoridades económicas, y en particular el Gobierno, deberán actuar con gran responsabilidad y eficacia para asegurar que, en 2017, se retome la senda de progreso y bienestar.