El encuentro entre el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y los ex presidentes Álvaro Uribe y Andrés Pastrana, no solo fue necesario, sino además deseable, toda vez que son los representantes de la oposición política al gobierno de Juan Manuel Santos, quien solo mostraría a Trump las bondades y aspectos positivos de los acuerdos con las Farc, mientras que una visión crítica y realista de los mismos, de sus implicaciones para la estabilidad del país, como también de la dramática situación que atraviesa Venezuela y los peligros que la dictadura chavista comporta para la región, le permitirán a Trump tomar decisiones concretas y acertadas respecto a América Latina.
En absoluto constituye ese encuentro una sustitución de los canales diplomáticos, y más bien, es la oportunidad para que se tengan en cuenta las preocupaciones de los líderes de oposición, que en definitiva son voceros de una parte muy importante de la ciudadanía y están plenamente legitimados para expresar sus puntos de vista.