Se necesita una actitud de apertura de lado y lado. Después del ataque terrorista del Eln de principios de año a la Escuela General Santander, había tanto dolor que era muy difícil pedir algún diálogo.
Pero el Eln, de tiempo atrás, siempre en diciembre ha decretado una tregua unilateral de Navidad, que se ha reflejado en cuidar la vida y los bienes de la población civil. Se vería con muy buenos ojos que se repita. Que reine ese espíritu de paz y de diálogo de la Navidad.
Pero también se necesitan señales del lado del Gobierno, que de alguna manera se alejó de la mesa de La Habana en sus primeras comunicaciones. Había expectativa de una respuesta por parte de Miguel Ceballos, quien me parece que no ha cumplido su tarea de ser comisionado de Paz, sino que lo ha sido pero de guerra.
Es cierto: estos días de paro nacional, de plantones, de cacerolazos, muestran una movilización ciudadana con mucha indignación, pero también con mucha serenidad.
Desde el lado de quienes promovemos el diálogo y la paz, hemos escrito comunicaciones al Eln para que entienda que estamos cansados de tanta guerra y violencia. Con las Farc se escaló el conflicto al inicio y luego se llegó a una tregua. Sería buen gesto que haya menos posiciones de fuerza del Eln y más disposición a escuchar por el lado del gobierno.