Existe, sin duda, un problema global alrededor de la contaminación por plásticos que tenemos que resolver. Es imperativo dedicar todos los esfuerzos y recursos para que ningún plástico termine en el ambiente, especialmente evitar que lleguen a los ríos y mares. El plástico es liviano, versátil, económico y resistente, y precisamente por esta última característica, es un material que tarda mucho tiempo en degradarse. Desde Acoplásticos, consideramos que las prohibiciones de actividades económicas perfectamente lícitas bajo sustentos ambientales son un camino delicado. En esencia, toda actividad humana genera algún impacto ambiental y la regulación en este sentido nos podría llevar a una intromisión arbitraria sobre nuestras libertades.
Sobre los plásticos, al igual que casi todo proceso productivo, porque todos de una u otra forma contaminan, es imperativo avanzar en soluciones para mitigar su impacto ambiental y no tendría sentido pensar en prohibirlos.
La buena noticia es que la contaminación por plásticos se puede solucionar a través de otros instrumentos mucho más efectivos, con los cuales, en vez de limitar la libertad económica y destruir empleos y negocios, produce lo contrario: nuevas oportunidades. Esta solución es a través de reciclaje u otro tipo de tecnologías de aprovechamiento de residuos