Desde hace días he dado las pruebas que muestran los vínculos entre los negocios del señor fiscal, Corficolombiana que es el Grupo Aval y Navelena-Odebrecht, que es la discusión que he tenido con él. Y es que el fiscal Martínez Neira se tiene que declarar impedido para actuar en este caso.
Menciono una cosa muy llamativa: el 21 de diciembre de 2016 aparece la noticia de que Odebrecht confiesa haber distribuido sobornos por 800 millones de dólares en 12 países. Once millones de los cuales, dice la información de la justicia norteamericana, los pagó en Colombia. El 22 de diciembre, al otro día, el fiscal general de Colombia, le abre investigación no a la ruta del Sol, sino a Navelena. Es quizás el fiscal más rápido de la humanidad. Y el 5 de enero, 12 días hábiles despúes, el fiscal sale y dice que “la Fiscalía ha descartado cualquier posibilidad de corrupción en el caso de Navelena-Odebrecht”. Insisto: descartó, en 12 días, cualquier posibilidad de corrupción. Una decisión evidentemente política. El fiscal no vio que la Contraloría había advertido los riesgos del contrato de Navelena. No vio muchos elefantes, como el de la mora en el pago del crédito del Banco Agrario a Navelena.
* Apartes de su intervención en la plenaria del Senado, el 22/02/2017.