El anuncio que hicieron los gobiernos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Perú de abandonar la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) responde a la estrategia de Estados Unidos de desarticular los esquemas integradores latinoamericanos a los fines de debilitar la nación latinoamericana para hacerla más vulnerable y dominable. No es coincidencia que los países que anuncian su retiro de Unasur estén gobernados por fuerzas conservadoras al servicio de los intereses estadounidenses que buscan a toda costa frenar los procesos de liberación nacional de nuestros países que han puesto los recursos que brinda la naturaleza al servicio de las grandes mayorías de los latinoamericanos.
Quebrar a Unasur es un paso que dará inicio al plan de desmonte de la Comunidad Andina, el Mercosur, el SICA y la Comunidad de Naciones Latinoamericana y Caribeña (Celac) para evitar la consolidación de la Patria Grande por la que lucharon Simón Bolívar y otros próceres de la América Morena.
Lo han previsto todo, desde tomarse los gobiernos por vías no democráticas, hasta inhabilitar a líderes progresistas para que no administren los gobiernos de los Estados, para poder engullirse la región desde el río Bravo a la Patagonia.