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Columnistas | PUBLICADO EL 01 diciembre 2020

Las Navidades que nos esperan

Por Humberto Monterohmontero@larazon.es

Colombia y España tienen poblaciones, usos y costumbres sociales similares. Por tanto, es hora de valorar lo que ocurre a este lado del charco para prevenir lo que ocurrirá al otro. Aquí les llevamos una ventaja de varias semanas en las curvas de comportamiento de la Covid-19. Aunque cada país tiene sus propios sistemas de detección, rastreo y conteo de casos, podemos extrapolar lo que pasará con cierta precisión. Según han publicado los medios de toda Europa, el Viejo Continente se encuentra al final de la segunda ola, que se inició a finales de julio, cuando la “nueva normalidad” trajo la reapertura a medio gas de la actividad. Tras los meses de verano, se dispararon los contagios de una forma más sostenida y menos virulenta. Las mascarillas, la prevención y cierto distanciamiento, atenuaron la expansión, con lo que el pico de esta segunda ha sido mejor absorbido y resultado menos mortífero. Volvamos a España, ¿qué conclusiones sacamos de esta segunda ola?

El sistema de vigilancia de la mortalidad diaria (MOMO) revela un exceso total de 66.773 defunciones hasta la fecha con dos periodos diferenciados. El primero, va del 10 de marzo al 9 de mayo (primera ola) y el segundo arranca el 20 de julio sin que aún haya concluido. En el primero, fallecieron 44.599 personas “de más” en España. En el segundo, lo han hecho 22.443. Primera conclusión: el exceso de muertes se ha reducido a la mitad en el doble de tiempo. Estas cifras no casan con los datos oficiales del Gobierno porque estos solo recogen casos diagnosticados de Covid-19.

En la primera ola, el exceso de defunciones fue de un 78 % entre los mayores de 74 años y del 58 % para la franja de edad que abarca entre los 65 y los 74 años. En la segunda ola, las defunciones aumentan un 20 % en los mayores de 74 años y en un 15 % entre los 65 y 74 años. Si bajamos un peldaño, el exceso de mortandad de los menores de 65 años fue de un 27 % en la primera ola y de un 11 % en la segunda, con más decesos de mujeres que de hombres.

¿Implica eso que el virus es hoy más leve? En absoluto. Lo que ocurre es que la población más mayor, la más vulnerable, estaba desprotegida en la primera ola y ahora no. Además, hay que sumar otros dos factores a la segunda conclusión: la saturación de los hospitales de la primera ola y la aún escasa pero creciente inmunidad. La prueba es que Madrid, uno de los epicentros en la primera ola, ha soportado con todas las actividades abiertas la segunda, mientras que Andalucía, donde casi no se notó el primer embate, ha sufrido el mayor pico de mortalidad en la segunda.

Los modelos matemáticos pronostican el fin de la segunda ola en España a mediados de diciembre y el inicio de una tercera ola a finales de enero pese a las limitaciones de reunión aún por concretar en Nochebuena, Navidad, Fin de Año y el 6 de enero, Día de los Reyes Magos. Se estudian entre 6 y 10 comensales máximo por hogar y se pide evitar las aglomeraciones en mercadillos y grandes arterias comerciales, pero el pasado fin de semana, con el encendido de las luces navideñas, ya se produjeron concentraciones excesivas. Por eso, es precisamente ahora, cuando estamos tan cerca de la solución, cuando no podemos bajar la guardia. Eviten las reuniones familiares, más aún con los abuelos y, sobre todo en lugares cerrados. Nada de abrazos ni besos. Ya habrá tiempo.

Humberto Montero

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