65.000
usuarios activos espera alcanzar la empresa durante este año.
2
kilómetros nuevos diarios es el ritmo de expansión de la fibra óptica de Somos en Medellín.
Forrest Heath llegó a Medellín en 2018 como mochilero. Tenía apenas 20 años, hablaba poco español y venía desde Estados Unidos con más curiosidad que planes definidos. Fue entonces cuando se cruzó con un grupo de personas que buscaban crear un proyecto de conectividad en barrios populares. Juntos comenzaron a explorar modelos para llevar internet a zonas donde el servicio era, en sus palabras, “terrible”.
Las calles de la comuna 13 fueron utilizadas como taller para diseñar y armar las primeras redes de internet artesanal. “Negociábamos con líderes comunitarios, sin saber que en realidad eran jefes de plaza”, recordó Heath. Así lograron conectar las primeras 10 viviendas, distribuyendo internet para hogares con códigos que las personas podían comprar en tiendas de barrio para acceder a conexión a internet por horas en sus casas.
Sin embargo, esa primera versión del proyecto no era sostenible a gran escala: la gran idea apareció cuando el estadounidense y su equipo comenzaron a preguntarse si en lugar de construir sobre lo que ya estaba, creaban una red desde cero.
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Ahora el desafío era diseñar una infraestructura autosostenible, de bajo costo y con una tecnología lo suficientemente eficiente como para atraer a nuevos usuarios. Y funcionó: comenzaron a crecer en número de hogares conectados. De hecho, los primeros 200 dispositivos que hicieron posible esa expansión los ensambló el propio Forrest a mano.
A partir de ahí, empezaron a invertir capital proveniente de una beca, y desde entonces no han dejado de crecer. “Fuimos comprando componentes de forma artesanal y logramos conectar a unos 5.000 usuarios activos en un lapso de seis meses en las comunas 8 y 13”, comentó Heath.
La propuesta
A diferencia de la mayoría de los operadores, que siguen utilizando infraestructuras tradicionales o lo que llama Heath “cables viejos con luz”, Somos optó por replicar el mismo modelo de red de gigantes tecnológicos como Google o Meta.
“El internet en Colombia lleva 30 años funcionando muy mal y nosotros nos pusimos en la misión de liderar un cambio total de la industria, no solo tecnológico sino también de paradigma. Todo el mundo está desplegando fibra que es gigabytes optimized networks, la misma arquitectura y cableado de hace 20 años. La transmisión es con luz, con cables viejos. Nosotros estamos construyendo una nueva tecnología”, anotó el emprendedor.
Resaltó que, lo primero, es empezar por creer que en el país se puede hacer infraestructura y tecnología de clase mundial, “y atraer nuevos jugadores que quieran invertir tiempo, talento y recursos en repensar el sistema entero desde sus bases”.
De esta manera, la apuesta de Somos es por la fibra óptica activa, la cual cuenta con capacidades ilimitadas: los usuarios no sufrirán por congestión en la red como en redes de fibra pasiva. Y al comparar precios por mega ofrecida, el servicio es entre 20% y 30% más barato que los demás operadores.
“El valor de las redes del futuro no está en los cables ni en la infraestructura, sino en el talento de los equipos de tecnología que escriben el código y definen los sistemas complejos con los que esa infraestructura es eficiente, flexible y confiable”, añadió Heath.
El proyecto resultó tan prometedor que decidieron postularse a Y Combinator, la reconocida aceleradora de startups que ha impulsado compañías como Rappi. Fueron seleccionados y este se convirtió en su primer inversionista.
“Es un proceso altamente competitivo: se presentan entre 30.000 y 40.000 startups, y solo eligen alrededor de 200. Nosotros fuimos una de ellas”, contó el fundador con orgullo.
Las diferencias fundamentales entre Somos y los demás operadores de internet, señaló Health, consiste en su tecnología activa, su estructura, el servicio al cliente y el soporte técnico.
Esto, dijo, se materializa en planes más rápidos con cero congestión; posibilidad de hasta 2 gbps de velocidad simétrica en un apartamento; inexistencia de cláusulas de permanencia o costos ocultos de instalación; 30 días de prueba gratis para todos los usuarios nuevos; servicio al cliente humano y no tercerizado disponible 24/7; y conexión a la red de fibra activa anillada, aumentando la estabilidad de la conexión.
“Nuestro plan es crecer de una manera rápida pero estable (como nuestra red) y nuestro compromiso es hacerlo siempre cuidando la visibilidad, el control y la flexibilidad de nuestra red, y que eso nos permita crecer con la velocidad que necesitamos sin deteriorar la experiencia de los millones de usuarios a quienes queremos servir”, añadió Daniel Upegui, CMO y socio de Somos.
Ser la más grande Latinoamérica
Somos cerró el 2024 con más de 30.500 usuarios activos y presencia en Medellín y Bogotá. Esto, de acuerdo con cifras del Ministerio TIC, lo convirtió en el proveedor número 14 de internet fijo en Colombia por números de accesos fijos.
Y es que, desde su fundación, la startup ha levantado unos US$48,4 millones en capital y deuda. Tras recibir su primera inversión de Y Combinator, que apoyó su etapa semilla, ha sido respaldada por fondos internacionales con foco en América Latina, como K50 Ventures, Kaszek Ventures y Nazca, reconocidos por invertir en unicornios de la región como Rappi y Habi.
La ronda más reciente, una Serie A por US$35 millones (combinación de capital y deuda), fue liderada en diciembre de 2023 por Architect Capital, firma con sede en San Francisco.
Con estos recursos, Somos ha venido impulsando la expansión de su red de fibra óptica en Medellín y Bogotá, fortaleciendo sus capacidades de manufactura de hardware propio —como la nueva versión de su router Orb ©— y desarrollando una propuesta de valor para el segmento empresarial, que incluye ofrecer ancho de banda a otros proveedores minoristas de internet.
De hecho, la startup colombiana anunció que este 2025 será el año de su expansión en Bogotá: invertirá al menos US$3 millones (más de $12.000 millones) en infraestructura propia, fibra óptica, hardware, software, talento y esfuerzos comerciales y de mercadeo, con lo que espera alcanzar 10.000 usuarios nuevos en la ciudad para final de año.
Actualmente, la compañía tiene cobertura en la zona de Chicó Norte, Chapinero Alto y El Nogal. El plan es activar edificios en Usaquén, Unicentro, Cedritos, Suba, Engativá, Kennedy y Fontibón, aunque será la demanda la que guiará los esfuerzos de expansión.
Lo anterior es parte de su estrategia de expansión de infraestructura en Colombia para llegar permanentemente a nuevas zonas y que más personas puedan acceder a sus servicios. Los últimos meses el mayor crecimiento fue en Medellín, en rutas que suman aproximadamente 460 kilómetros de fibra óptica propia, para las cuales Somos ha invertido cerca de $845 millones, abriendo la posibilidad a más de 70.000 hogares en el Valle de Aburrá para acceder a su servicio de internet.
El ritmo de expansión de la fibra óptica de Somos en Medellín es de 2 kilómetros nuevos diarios y ha desplegado más de 700 kilómetros en Bogotá y Medellín.
Y es que cuando se le pregunta por el futuro, Heath no duda en decir que su proyección es ser la compañía más grande de telecomunicaciones de América Latina.
“Pero siendo más aterrizado, el enfoque principal es crecer muy fuerte aquí en Medellín y en Bogotá”, proyectó el emprendedor.
Al cierre de diciembre de 2023, Somos registraba 14.087 usuarios activos y un ingreso anual recurrente (ARR) de US$1,8 millones. Para finales de 2024, la base de usuarios creció a 30.500, lo que prácticamente triplicó sus ingresos.
La meta para diciembre de 2025 es alcanzar los 65.000 usuarios activos, incluyendo 10.000 nuevos clientes en Bogotá, con la expectativa de seguir creciendo al mismo ritmo. Todo esto manteniendo altos estándares de calidad, reflejados en un puntaje de 85 sobre 100 en el índice NPS (Net Promoter Score) al cierre de 2024, indicador que mide la probabilidad de que los usuarios recomienden el servicio a otros.
Los desafíos
Pero, como en todo, también hay desafíos. Para Heath, uno de los principales es el escepticismo generalizado hacia las empresas de telecomunicaciones, ya que muchas personas están cansadas del sector y piensan que no serán bien tratadas o que sus necesidades no importarán.
“No queremos ser como ellos. No buscamos ser una compañía extranjera que llega, compra activos y ve a los usuarios solo como clientes que pagan o no. Nuestro mayor reto es romper con esa percepción de que las empresas de telecomunicaciones tratan mal a la gente”, comentó.
Desde la óptica de Upegui, otro reto grande es explicarle a la gente qué debería exigir realmente como consumidor.
“Durante décadas se ha vendido una idea un poco engañosa sobre la velocidad de conexión: una supuesta velocidad que el usuario nunca termina recibiendo, o una velocidad simétrica que no es verdaderamente simétrica. Muchas veces, por el tecnicismo de la industria, estos temas se esconden detrás de un velo. Nosotros queremos ser una compañía que hable de frente, que le cuente al usuario las cosas como son. Sabemos que ese proceso educativo puede tomarnos toda la vida, pero estamos comprometidos con avanzar en la formación del consumidor”, consideró.
Con la mirada puesta en el futuro, la compañía se prepara para cerrar el año con infraestructura propia en todo el Valle de Aburrá, extender su presencia hacia San Antonio de Prado y el Oriente Antioqueño, y fortalecer su cobertura en Bogotá, llegando a zonas clave como Usaquén y Chapinero Alto. Todo esto mientras empieza a trazar el camino hacia su gran objetivo: construir una red de fibra óptica con alcance nacional.
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