El avance del proyecto Komodo-1, el pozo de gas y petróleo más profundo del mundo y que se ubica en aguas colombianas, está en vilo. De hecho, el propio Ecopetrol y su socio Anadarko (Oxy) manifestaron que su perforación es inviable.
Para comprender el meollo con este pozo y su desarrollo, es necesario tener contexto. Lo primero que se debe tener claro es que obtener la licencia ambiental del proyecto ha sido un dolor de cabeza. La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) notificó a finales de julio de 2024 a Ecopetrol y Anadarko sobre la suspensión de dicho trámite para perforar Komodo-1.
En el auto 005942 se ordenó “suspender los términos dentro del trámite administrativo iniciado mediante Auto 64 del 10 de enero de 2024, correspondiente a la solicitud de licencia ambiental para el proyecto denominado: ‘Perforación Exploratoria de Hidrocarburos Costa Afuera en el Bloque COL-1, Caribe Colombiano’”.
El Ministerio de Ambiente pidió suspender de manera temporal las actividades de este pozo debido a su profundidad (4.000 metros debajo de la superficie del mar). Es considerado uno de los más profundos del mundo y eso “genera incertidumbre sobre su impacto en la biodiversidad a esas profundidades”, por lo que la cartera consideró en su momento que era necesario “una mirada más profunda”.
Presentaron reposición
Finalmente, en diciembre de este año, y luego de notables retrasos en los trabajos de las petroleras, se conoció que la Anla por fin otorgó el debido permiso para adelantar los trabajos en el Mar Caribe. Si bien parecía una buena noticia, varios expertos cuestionaron el retraso porque no solo retardó un proyecto que aporta a la seguridad energética del país, sino que puso en peligro las inversiones de la compañía.
De hecho, Oxy proyectaba perforar el pozo en noviembre del año pasado, pero todo el cronograma deberá ser reprogramado.
La cuestión es que la situación no mejoró con la aprobación de la licencia ambiental. Anadarko presentó un recurso de reposición, manifestando su inconformidad por las condiciones impuestas en la Resolución No. 002821 de 2024 de la Anla, con la que se otorgó la licencia ambiental al proyecto de perforación.
La situación es tal que las empresas aseguran que hicieron una revisión detallada de la resolución y concluyeron que “no es posible perforar el pozo exploratorio Komodo-X1 —o cualquier otro pozo subsiguiente— bajo los términos y condiciones impuestos por la Anla en la licencia ambiental con la participación directa del MADS”.
En el documento se lee que los términos y condiciones de la Anla superan las regulaciones aplicables a este tipo de proyectos y son incompatibles con las mejores prácticas de la industria de hidrocarburos. “En algunos casos son desproporcionadas e imposibles de cumplir”, se agrega.
Tres problemas clave
En ese orden, Anadarko pidió en la reposición abordar tres problemas que interferirían en la viabilidad del proyecto. Uno obedece a que el requisito de obtener la aprobación previa del Plan de Manejo Ambiental Específico, así como de los Planes de Contingencia Específicos, no está consagrado en la regulación aplicable. Eso obstaculiza significativamente la capacidad de la compañía para planificar de manera adecuada la perforación del pozo.
Añadió que la “clasificación de hábitats bentónicos y comunidades de aguas profundas como zonas de exclusión (donde no se pueden realizar actividades) hace que este proyecto, así como cualquier otro proyecto offshore, simplemente no sea viable debido a la presencia de estas especies en el mar Caribe”.
A su vez, dijo que se carece de un marco legal para la aprobación del Plan de Manejo Ambiental Específico y del Plan de Contingencia Específico para Komodo y cualquier pozo subsiguiente, lo que impide que las petroleras aseguren la disponibilidad de la embarcación de perforación y completen todas las demás actividades preoperacionales necesarias para perforar los pozos.
Sergio Cabrales, docente del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de los Andes, publicó en su cuenta de X otras irregularidades expuestas por las empresas: convocatoria tardía del Consejo Técnico Consultivo (CTC); emisión extemporánea de conceptos técnicos y vinculantes; suspensión del trámite sin sustento legal; vulneración de los principios de legalidad, seguridad jurídica y debido proceso.
El profesor sostuvo que esos puntos imposibilitan el cumplimiento de los compromisos exploratorios a tiempo y generan obstáculos para planificar y ejecutar actividades clave, como la perforación. “Esto afecta negativamente la confianza inversionista en el sector energético colombiano”, apuntó.
Por esa razón, Anadarko solicitó a la Anla la revocatoria de las condiciones propuestas por el Ministerio de Ambiente, basándose en todos los argumentos presentados.
Lo cierto es que en el documento se aseguró que las empresas ya han invertido unos 250 millones de dólares en actividades de adquisición sísmica marina 3D, en núcleos de pistón, estudios batimétricos, análisis de gravimetría, incluyendo el gasto en estudios y monitoreos ambientales.
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