Las remesas que ingresan a Colombia desde el exterior continúan en ascenso: completaron en febrero nueve meses consecutivos por encima de los 1.000 millones de dólares.
De acuerdo con datos preliminares del Banco de la República, en enero ingresaron 1.009 millones de dólares, mientras en febrero la cifra llegó a 1.031 millones. En total, los trabajadores enviaron al país 2.041 millones de dólares en los dos primeros meses del año, lo que representa un incremento de 11,7% frente al mismo bimestre de 2024.
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Y es que solo el año pasado Colombia cerró con un récord histórico en la llegada de remesas, con 11.848 millones de dólares, un incremento del 17,4% frente a 2023, siendo los principales departamentos receptores Valle del Cauca, Cundinamarca y Antioquia.
Para los analistas de Corficolombiana, las remesas se han consolidado como la segunda fuente de divisas más importante del país, solo después del petróleo.
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También han mitigado el impacto en el consumo de los hogares en un contexto de altas tasas de interés, elevado endeudamiento e inflación. Y son especialmente esenciales para los hogares más vulnerables, constituyendo su tercera mayor fuente de ingresos.
Estos buenos resultados se han dado pese a la incertidumbre por las políticas antimigratorias de Donald Trump, presidente de Estados Unidos —país que representó alrededor del 53% de las remesas que ingresaron en 2024—, pues sigue planteando la posibilidad de imponer una tasa de 10% a estas, con la intención de penalizar actividades ilícitas como el tráfico de drogas y de personas.
¿Seguirán creciendo?
El auge de las remesas ha sido una tendencia común en la región, pero en Colombia ha sido particularmente pronunciado. Según el análisis de Corficolombiana, en la última década las remesas han ganado mayor relevancia en Colombia que en otros países latinoamericanos, pesando el 2,8% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2023, frente al 2,4% que representaban en promedio para los países de América Latina.
De seguir este ascenso, las estimaciones apuntan que este 2025 los flujos de remesas hacia Colombia crecerán 10%, hasta un nuevo máximo histórico de 13.000 millones de dólares, equivalente a 56,6 billones de pesos o 3,1% del PIB de Colombia, lo que las convertiría en la principal fuente de divisas de la economía colombiana, superando a las exportaciones petroleras si estas siguen su tendencia decreciente.
Este ritmo favorable, aunque menor al observado en 2024, estará impulsado principalmente por el dinamismo de las economías de EE. UU. y España, que este año crecerían 2,2% y 2,1%, respectivamente. Lo anterior mantendría unas condiciones laborales favorables para los migrantes y respaldaría un nuevo aumento del envío de remesas a Colombia.
¿Qué hay detrás del aumento de remesas?
Este comportamiento estaría impulsado, en parte, por el aumento de la migración de colombianos a otros países en búsqueda de mejores oportunidades económicas. Según estimaciones de organismos internacionales, en 2023 aproximadamente 1,1 millones de colombianos residían en Estados Unidos, seguidos por 715.700 en España, 189.500 en Chile y 32.000 en México.
“Este crecimiento reafirma la importancia de las remesas como un pilar clave en la economía del país, proporcionando un alivio financiero a miles de familias y fortaleciendo el consumo interno”, señaló un estudio de Banco Unión, agente de Western Union en Colombia.
En EE. UU., por ejemplo, la ocupación laboral de los colombianos en actividades relacionadas con servicios (que incluyen ventas y oficina) es significativa y supera la del promedio de todos los migrantes, detallan cifras del Banco de la República.
“El aumento de la migración colombiana en los últimos años ha convertido a las remesas en un pilar cada vez más relevante para el sustento de los hogares en el país. La búsqueda de mejores oportunidades laborales y económicas en el exterior ha llevado a un mayor flujo de envíos de dinero, permitiendo que millones de familias en Colombia cubran necesidades esenciales”, mencionó Rodolfo Díaz, vicepresidente de Innovación de Banco Unión.
Sin embargo, el principal reto a corto plazo, desde la óptica de los analistas de Corficolombiana, es la incertidumbre sobre el impacto de la segunda presidencia de Trump y sus propuestas antimigratorias: “Aunque prevemos que efecto será gradual y no afectará significativamente los flujos de remesas. A largo plazo, es esencial aprovechar esta bonanza de recursos, orientándolos hacia la inversión productiva y el desarrollo del país”.