Conocer la tasa de interés, la fecha de corte y la cuota de manejo de la tarjeta de crédito son tres puntos fundamentales a tener en cuenta para que este instrumento financiero no se convierta en un arma de doble filo para las finanzas (ver gráfico).
Así las cosas, el profesor de la Universidad del Rosario y experto en finanzas Alejandro Useche recomendó utilizar las tarjetas de crédito solo para compras necesarias o casos excepcionales cuando no se cuente con dinero en efectivo. “El uso de este instrumento amerita pago de intereses y los avances de efectivo tienen un costo”, apuntó.
De acuerdo con cifras al 30 de junio de la Superintendencia Financiera, Serfinansa es la entidad que maneja la tasa efectiva anual, es decir el precio pagado por pedir dinero prestado, más alta del mercado: 30,29 %, frente a la tasa de usura que para ese mes era de 30,42 %, es decir la máxima que se puede cobrar. Confiar cuenta con el indicador más bajo (23,64 %). “Casi siempre las tarjetas de crédito están motivando a los clientes a que hagan sus compras a largo plazo (seis, 12, 24 y 36 meses) con el argumento de que esto les permitirá contar con mayor flujo de caja. Aunque esto es cierto también es verdad que entre más extenso sea el lapso más intereses se cancelarán”, explicó Useche.
Para julio, la tasa de usura fue menor y se ubicó en 30,05 %, frente al 30,42 % de junio. Para Raúl Cardona, profesor y jefe del pregrado en Finanzas de la Universidad Eafit, es importante la planificación, pues de ello depende que las cuotas se paguen a tiempo de la fecha de corte y no se generen intereses por mora. Por ello, resaltó la necesidad de revisar la factura de cobro mensual (ver Radiografía).
“Si tenemos una deuda muy elevada y no somos capaces de cancelarla, lo ideal es recurrir a la refinanciación. Es preferible pedir un crédito para pagar lo pendiente y no utilizar más la tarjeta de crédito hasta que no se organicen las finanzas”, aconsejó Cardona.
El docente académico exhortó a los colombianos a no aceptar todas las tarjetas de crédito que las entidades bancarias y cadenas de almacenes ofrezcan, pues “entre más plásticos tengan, más deudas contraerán” .