En el tercer trimestre de este año la economía colombiana creció 3,6% según reveló el Dane, nivel superior al que estimaban los analistas económicos que proyectaban una variación entre 2,8% y 3,4%.
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Para la Andi es preocupante que el impulso venga de parte del Gobierno, en momentos de finanzas públicas débiles.
En el tercer trimestre de este año la economía colombiana creció 3,6% según reveló el Dane, nivel superior al que estimaban los analistas económicos que proyectaban una variación entre 2,8% y 3,4%.
Las actividades económicas que más contribuyeron a la dinámica económica fueron la administración pública y defensa; planes de seguridad social de afiliación obligatoria; educación; actividades de atención de la salud humana y de servicios sociales que crecieron 8,0%.
Según Piedad Urdinola, directora del Dane, el desempeño del sector público obedeció, en buena medida, al aumento del pie de fuerza y al reconocimiento de una serie de primas de fin de año para el personal uniformado. Igualmente, a los preparativos de la Registraduría para las elecciones de 2026 y los reajustes para la rama judicial.
También fue notorio el aporte de la “educación de no mercado”, gracias a las grandes inversiones hechas en distintos programas para instituciones de primaria y secundaria, según mencionó Urdinola.
Al detallar las cifras del PIB con enfoque en el gasto, el Dane indicó que el gasto del consumo final del gobierno general observó un crecimiento de 14,2%, mientras que el gasto de consumo de los hogares aumentó 4,2%.
Sobre estos desempeños, Bruce Mac Master, presidente de la Andi, expresó su preocupación al advertir que el mayor impulso de la economía provenga de parte del gasto público precisamente en un momento donde las finanzas públicas son sumamente complejas.
“En lugar de tomar medidas estructurales para resolver las finanzas lo que encontramos es un gasto público desbordado que se manifiesta tanto en el análisis del PIB como desde el gasto, registrando tasas, 8% y 14,2%, respectivamente”, aseguró Mac Master.
De otro lado, también llamó la atención un aumento significativo en la demanda por las importaciones que crecieron 10%.
El dirigente gremial insistió en que “este panorama no configura una situación sólida ya que, nos enfrentamos a un gasto público por encima de sus capacidades, una demanda que se suple en buena parte por las importaciones y por el contrario nuestra inserción en mercados internacionales está rezagada y no estamos invirtiendo para generar capacidad de crecimiento futuro”.
Para lo corrido del año hasta septiembre, el PIB observó un crecimiento de 2,8%, siendo las actividades económicas que más crecieron: artísticas, de entretenimiento y recreación (9,4%), comercio, transporte y alojamiento (5,1%) y administración pública y defensa, salud y educación (4,4%).
Por el contrario, las que tuvieron tasas negativas en los primeros nueve meses del año, fueron: minas y canteras (7,2%) y construcción (-2,7%).
“Si bien, es un resultado positivo en el tercer trimestre, la economía está jalonada por el consumo, especialmente, el gasto del gobierno. Esto, sin duda, no es sostenible en el largo plazo. Adicionalmente, el gasto del gobierno no se está viendo reflejado en mejorar la competitividad del país, es decir, inversión en infraestructura, construcción de vivienda, mejorar la calidad de la educación y aumentar la capacidad del sistema de salud”, agregó el presidente de la Andi.
Para los analistas económicos de Grupo Cibest, el crecimiento económico del tercer trimestre de 2025 sorprendió con un dato superior al esperado.
En este contexto, se reafirmó la relevancia del dinamismo del consumo y del sector privado, que deberá sostener su fortaleza y recuperar con mayor contundencia los sectores rezagados para mantener la recuperación y evitar señales de desaceleración.
“Además, es clave mantener la atención en el sector público ante unos resultados fiscales que siguen generando preocupación”, se lee en el reporte de la entidad, matriz de Bancolombia.
Añadieron que las cifras por el lado de la demanda revelaron que el consumo privado y el gasto público se mantuvieron como los principales motores de crecimiento. Y resaltaron que el consumo privado acumuló cinco trimestres de avances por encima del PIB como un todo.
“El consumo privado avanzó 1,3% frente al segundo trimestre de 2025, el segundo ritmo de crecimiento más alto desde el 2022. Este comportamiento estuvo soportado en el mayor consumo de bienes durables, a pesar de las altas tasas de interés.
Se observó además una mayor fortaleza de la demanda por servicios, que avanzó 1,0% trimestral. En contraste, el consumo por bienes no durables avanzó apenas un 0,6%.
La tendencia en servicios se concentró en un mayor consumo de salud, comunicaciones, transporte, recreación y cultura.
La Andi señaló que sectores con fuertes encadenamientos productivos, generadores de empleo y con alto potencial para convertirse en motores de la economía, como son el sector minero-energético y la construcción, observaron un muy pobre desempeño, entre julio y septiembre.
“Consideramos que el bajo dinamismo de los sectores tradicionales se debe a una alta incertidumbre debido a una compleja situación fiscal, un deterioro en las relaciones internacionales con nuestro principal socio comercial, incertidumbre frente a un año preelectoral, en donde se celebrarán elecciones de Congreso y presidenciales, lo que hace que los empresarios actúen con mucha cautela”, mencionó Mac Master.
Fue así como desde Camacol se alertó que el sector de edificaciones tuvo una nueva caída (–8,3%), completando nueve trimestres consecutivos de variaciones negativas en vivienda y destinos no residenciales, consolidándose como el sector de mayor deterioro en la economía.