La reforma tributaria no solo busca financiar el Presupuesto General de la Nación, sino también equilibrar las cuentas fiscales y aportar recursos al aseguramiento en salud. Para lograrlo, el Gobierno propuso cambios de fondo en la tributación de bebidas alcohólicas, que ahora estarán más cargadas de impuestos.
Uno de los ajustes más relevantes es la aplicación de la tarifa general del IVA (19%) a licores, vinos, aperitivos y similares, productos que hasta ahora solo estaban sujetos al impuesto al consumo o a la participación departamental.
De esta tarifa, cinco puntos porcentuales se transferirán directamente a los departamentos para financiar salud.
Lea más: “Si aumentan los impuestos con la tributaria, Colombia podría enfrentar un éxodo de bancos digitales”: Gabriel Santos
La Dian será la encargada de compartir la información de las declaraciones de IVA con las Secretarías de Hacienda departamentales, con el fin de garantizar transparencia en la destinación de los recursos.
En ese orden, la tributaria pondría contra las cuerdas a las licoreras regionales, que son la caja menor de los departamentos para financiar salud y buena parte de sus presupuestos.
Incluso, empresarios del sector advierten que el golpe sería duro en los rones y aguardientes, que hoy pagan un IVA del 5%, quedarían con un 19% si el Congreso aprueba el proyecto. Solo con ese cambio, el Gobierno espera recoger $435.800 millones adicionales.
Cervezas y refajos: más caros desde la primera ronda
En el caso de las cervezas, sifones, refajos y mezclas de bebidas fermentadas, el articulado precisó que el impuesto al consumo se calculará con una fórmula mixta que combina dos componentes:
*Específico: $330 por cada grado alcoholimétrico en una unidad de 330 centímetros cúbicos o su equivalente.
*Ad Valorem: 30% sobre el precio de venta al público, sin incluir IVA ni el mismo impuesto al consumo.
Conozca más: Colombianos cada año gastan y consumen más cerveza, pero piensan en el impacto ambiental
Estos valores se ajustarán cada año con la inflación (IPC) más cuatro puntos porcentuales, según certificación del Ministerio de Hacienda. La destinación, otra vez, será la salud.
Licores, vinos y aperitivos: nuevo esquema de cobro
¿Cuánto subirá el trago en Colombia?
Según el profesor César Camilo Cermeño, director de la maestría en Tributación de la Universidad de los Andes, los aumentos serán significativos y afectarán más a los licores de consumo masivo. Estas son las cuentas:
-Cerveza: +66% (de $3.710 a $6.159).
-Aguardiente: +30% (de $52.990 a $69.143).
-Whisky Old Par: +24% (de $149.900 a $185.000).
-Macallan 12 años: +16% (de $842.900 a $979.000).
Incluso la cerveza sin alcohol subirá, pasará de $1.600 a $2.064 (+29%), pese a que no tiene grado etílico.
Cermeño cuestiona: “Si la motivación es controlar el exceso de alcohol, ¿por qué se castiga con impuestos incluso a la cerveza sin alcohol?”.
El impacto de la tributaria en Medellín para las cervezas y licores
Un informe de Crowe, la firma de contadores más grande del mundo con presencia en la Medellín, estudió todo los puntos de la reforma y su efecto en las finanzas del ciudadano de a pie. El golpe sería preocupante.
Como advierte Lina Gómez, gerente de Impuestos y Servicios Legales de la compañía: “La Ley de Financiamiento redefinirá cómo gastan, ahorran y disfrutan los colombianos. Su efecto será visible en cada recibo, cada compra y cada decisión de consumo”.
La cerveza, tan presente en la vida cotidiana, subiría un 50% en Medellín, una botella que hoy cuesta $3.000 pasaría a $4.500, y una jarra de refajo en un bar o restaurante saltaría de $20.000 a $30.000. Incluso las maltas y cervezas sin alcohol sentirán el impacto, con un aumento del 25%.
Los licores tampoco se escapan en Medellín, un ron de $60.000 costaría $68.000 y un whisky de $120.000 subiría a $137.000.
Conozca aquí: El pasaje de bus en Medellín subiría $800 si se aprueba la reforma tributaria de Petro, advierten los transportadores
Hablan las licoreras sobre la reforma tributaria
El gerente de la Industria Licorera de Caldas, Diego Angelillis, recibió con preocupación la noticia de que rones y aguardientes pasarían de un IVA del 5% al 19% con la reforma tributaria. “Eso dispararía los precios para el consumidor final”, advirtió.
Según explicó en conversación con EL COLOMBIANO, el problema no es que la gente deje de tomar. “El consumo seguirá, pero se estimularía el contrabando y, lo más grave, el licor adulterado. Al final, lo que se castiga es la salud y la educación, porque los departamentos dejarían de recibir recursos de la renta legal de los licores para que se los lleve la ilegalidad”.
Angelillis puso un ejemplo concreto con el Aguardiente Amarillo, que hoy cuesta entre $42.000 y $43.000, pasaría a $61.000 o $62.000 si se aprueba la tributaria. “Estamos hablando de un aumento cercano al 30%, que para el consumidor es muchísimo”.
Le puede interesar: Aguardiente Amarillo de Manzanares ya se está vendiendo en el comercio antioqueño
Y alertó de nuevo: “Cuando los precios se disparan, la historia muestra que lo que crece es el contrabando y la adulteración. Eso ya lo hemos visto en Colombia y en otros países. El resultado es contrario al que busca el Gobierno, se pretende financiar la salud con más impuestos, pero lo que se logra es que esos recursos se pierdan en la economía ilegal”.
Sobre el futuro inmediato, aclaró que mientras la reforma siga en trámite, la licorera mantiene sus proyecciones de venta para 2025. “Si la ley entra en vigor este año, ahí sí tendríamos que ajustar todo el plan”.
Angelillis también destacó la entrada de la ILC al mercado antioqueño, donde en apenas tres meses han vendido entre 1,2 y 1,3 millones de botellas. “Estamos muy contentos, compitiendo de manera sana con la Fábrica de Licores de Antioquia y convirtiéndonos en una opción real para los consumidores de la región”, celebró.
Con la reforma, el aguardiente pasaría de $40.000 a más de $60.000
En la Fábrica de Licores de Antioquia (FLA) tampoco cayó bien la noticia de los nuevos impuestos que trae la reforma tributaria. Su gerente general, Esteban Ramos Maya, aseguró que el impacto sería demoledor para la industria.
“El aumento no es solo del IVA, que pasaría de 5% a 19%, sino también del impuesto al consumo que subiría de $342 a $750 por grado alcohólico. Eso dispararía la carga tributaria de una botella de aguardiente de 750 ml, que hoy paga $17.000 en impuestos, a $33.000”, explicó.
Según Ramos, el efecto en el bolsillo es inmediato, una botella de Aguardiente Antioqueño que hoy cuesta unos $40.000 podría llegar a $60.000 o $65.000. “Estamos hablando de un alza cercana al 60%. Con precios así, es inevitable que la gente termine buscando licor de contrabando o, peor aún, adulterado. Y eso no solo daña las finanzas de los departamentos, sino que pone en riesgo la salud pública”, advirtió.
Conozca más: Así se venderá ahora el aguardiente en los departamentos tras decisión de la Corte: quiénes ganan y quiénes pierden
El gerente recordó que cada botella abierta en el país deja recursos para los departamentos a través del impuesto al consumo. Sin embargo, con precios tan altos, lo que puede pasar no es que aumente el recaudo, sino que se desplome. “Nuestros estudios muestran que por cada $1.000 que sube el precio del aguardiente, cae el consumo. Imagínese lo que sería un alza de $17.000 por botella”, apuntó.
Por ahora, la FLA mantiene sus proyecciones de ventas para fin de año, una temporada en la que tradicionalmente se dispara el consumo de ron y aguardiente. Pero Ramos es claro en que la pelea no se quedará en silencio. “Ya estamos en conversaciones con otros departamentos y con el gremio ACIL para dar este debate en el Congreso. Esta reforma, como está planteada, sería el fin de la industria licorera en Colombia”.
El impacto en bares y gastrobares en Colombia
El gremio de Asobares encendió las alarmas. Con la reforma, el consumo nocturno se encarecerá hasta un 30%, golpeando la sostenibilidad de bares y gastrobares en todo el país.
“Desde Asobares hacemos un llamado urgente al Gobierno y al Congreso para revisar estas disposiciones que, bajo la intención de fortalecer las finanzas públicas, terminan castigando de manera desproporcionada a un sector que es el tercer mayor generador de empleo en Colombia”, señaló Juan Pablo Valenzuela, presidente del capítulo Antioquia, a medios nacionales.
Entre los puntos críticos que advierte el gremio están:
1. Doble carga impositiva a cervezas, refajos y bebidas fermentadas, con aumentos cercanos al 35% en el precio final.
2. IVA del 19% a licores, vinos y aperitivos, que encarecería de inmediato las bebidas en un 30 %.
3. Gravamen del 19% a espectáculos y actividades culturales, afectando conciertos, discotecas y venues.
4. Impacto en el empleo formal, en un sector que genera 1,58 millones de ocupados, el 58% mujeres y el 28% jóvenes entre 18 y 28 años.
La advertencia de Asobares va en línea con los precios más altos, que empujarían a muchos consumidores hacia el mercado informal, lo que representa riesgos en seguridad, salud y competitividad.
Además: “No es el momento para una reforma tributaria, frena inversión y golpea el empleo”: presidenta Grupo Aval