El pasado jueves 24 de abril, Colombia se juega una carta importante en su relación comercial con Estados Unidos.
La ministra de Comercio encargada, Cielo Rusinque, y el embajador Daniel García-Peña se reunirán con Jamieson Greer, director de la Oficina del Representante Comercial de EE. UU. (USTR), para hacer una propuesta que busca desescalar las tensiones bilaterales: aplazar la entrada en vigencia de la norma que elimina el reconocimiento de las certificaciones de seguridad vehicular estadounidenses.
Siga leyendo: Así es la dura advertencia de EE. UU. a Colombia sobre posibles cambios en vehículos
La medida, que estaba prevista para el próximo 2 de mayo, ha sido vista por Washington como una “práctica comercial desleal”.
Greer fue claro en una carta enviada el pasado 11 de abril: si la norma se implementa, podría suspenderse por completo la exportación de vehículos desde EE. UU. a Colombia.
¿Qué decía la norma que se aplazará?
La regulación colombiana —cuya entrada en vigencia ahora se busca frenar— plantea reconocer exclusivamente las certificaciones avaladas por la Comisión Económica para Europa (CEPE), lo que dejaría por fuera el estándar norteamericano conocido como Federal Motor Vehicle Safety Standards (FMVSS).
Desde la óptica técnica, Colombia argumenta que se trata de fortalecer sus estándares y converger con regulaciones internacionales, pero la realidad comercial es más compleja.
Estados Unidos exporta vehículos por más de US$700 millones al año hacia Colombia, y perder ese mercado sería un golpe duro para ambos lados.
Lea más: Con apoyo de empresarios, Colombia busca que EE.UU. rebaje o elimine arancel del 10%: esta es la historia
El embajador colombiano: “Queremos resolver el asunto”
Durante la Cumbre de los 70 años de la Cámara de Comercio Colombo Americana, celebrada en Bogotá, el embajador García-Peña fue enfático: “Queremos resolver el asunto, mirar cómo lo logramos, resolver las inquietudes legítimas que tienen los norteamericanos”.
La ministra Rusinque, aunque no respondió preguntas directas sobre la negociación, insistió en que se están priorizando los intereses estratégicos de Colombia en este proceso.
Además de este espinoso punto, Colombia aprovechará el encuentro para poner sobre la mesa otros temas que lleva en su “agenda bilateral”, como el acceso al mercado estadounidense para productos como acero, aluminio, biodiésel de palma y la admisibilidad sanitaria de más alimentos colombianos.
Además: Colombia responde a aranceles de Trump: buscará nuevos mercados para las exportaciones
Una tensión arancelaria en plena ebullición
Este pulso se da en medio de un contexto más amplio: Estados Unidos impuso recientemente un arancel del 10% a algunas exportaciones colombianas, lo que elevó la presión diplomática.
La carta de Greer es prueba de que la paciencia del gobierno norteamericano se agota.
“El cambio unilateral en los estándares de certificación no tiene sustento técnico ni evidencia de que los FMVSS incumplan los objetivos de seguridad”, escribió el funcionario estadounidense. Y advirtió: “Insto al Gobierno de Colombia a que aplace inmediatamente estas normas”.
¿Qué puede pasar ahora? Todo dependerá de lo que suceda en la reunión próxima. Aplazar la medida sería una forma de ganar tiempo, evitar una escalada comercial y mantener las exportaciones fluyendo. Pero también podría interpretarse como una señal de debilidad regulatoria si no se logra una solución de fondo.
Por ahora, el silencio oficial es elocuente. Bloomberg Línea consultó a la ministra Rusinque sobre si buscarán algo a cambio del aplazamiento, pero no obtuvo respuesta. Lo cierto es que el sector automotor, las exportadoras y los diplomáticos están con los ojos puestos en Washington.