La inflación de octubre fue un dato “por encima de lo esperado, tanto para el equipo de análisis técnico del Emisor como para los analistas”, comentó ayer el gerente del Banco de la República, José Darío Uribe Escobar.
Según lo reportó el Dane, 0,68 por ciento de aumento en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en el décimo mes del año elevó el acumulado del año a 5,47 por ciento y la tasa anualizada a un inesperado 5,89 por ciento.
Durante el Informe de Política Monetaria y Rendición de Cuentas, el gerente del Emisor, aseguró que la inflación y sus indicadores básicos superan ampliamente el saludable rango de 2 a 4 por ciento.
Y esto pasa, principalmente, por el efecto del fenómeno de El Niño sobre la oferta de alimentos y por el traslado de la devaluación del peso frente al dólar sobre los precios de bienes e insumos importados. Esto se agravará con un Niño que se extendería hasta el segundo trimestre de 2016, según los últimos pronósticos climatológicos oficiales.
Así que el Emisor advierte que la inflación no desaceleraría hasta julio-septiembre de 2016. Las gráficas de proyecciones de la autoridad monetaria indican que las mayores presiones sobre los precios se verían entre abril y junio próximos, con una cifra promedio de 6,5 por ciento.
Desde la segunda mitad del año entrante, el Emisor proyecta una fuerte caída en la inflación hasta la mitad de 2017, cuando el indicador se ubicaría en 3 por ciento.
Más allá de los reproches del presidente Juan Manuel Santos, el gerente del Banco Central aseveró que los aumentos en la tasa de interés han sido “justificados”, pues el control de la inflación es la función principal de la autoridad monetaria: ante unos aumentos tan pronunciados era necesario tomar decisiones.