Han pasado casi dos meses desde que el médico de Medellín Cristian Iván García Rincón denunció que fue víctima de malos tratos, de xenofobia y discriminación, en el Aeropuerto Internacional de Cancún, México, a donde llegó para pasar cinco días de vacaciones con su esposa Luz Yaneth Becerra Salazar, también médica, y su hijo Emmanuel, de 3 años. Allí, según el relato que el pasado 4 de febrero le dio el profesional a EL COLOMBIANO, los retuvieron, los tildaron de delincuentes y luego los devolvieron a Colombia.
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Desde entonces, el profesional sigue tocando puertas para sentar un precedente, porque considera que su caso no es aislado y que los malos tratos a colombianos en México parecen haberse vuelto una práctica sistemática.
García Rincón, médico internista e infectólogo que ha trabajado en varias instituciones reconocidas de Medellín, radicó el pasado 3 de marzo una queja ante la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, mientras que este fin de semana pasado terminó de adjuntar la documentación en otra solicitud que presentó ante la Comisión Internacional de Derechos Humanos (CIDH), con el fin de que tomen alguna acción justamente, bajo el argumento de que su caso no es un hecho puntual, sino que ha afectado a cientos de connacionales.
La denuncia del médico por los malos tratos que recibió en Cancún
Tal como lo publicó el pasado 4 de febrero este medio, García Rincón contó que salió un día antes con su familia en un vuelo desde el aeropuerto José María Córdova, de Rionegro, a las 8:10 a. m. y que llegaron al Aeropuerto Internacional de Cancún hacia las 11:15 a. m. Una vez allí, en el área de migración mexicana, tras hacer una fila demorada, presentaron los documentos solicitados por las autoridades de ese país y fue entonces que empezó a desvanecerse el sueño de disfrutar varios días de sol y playa.
Una hora y media después de esperar, aseguró el médico, los atendió un hombre al que le notaron actitud displicente; revisó sus pasaportes, les preguntó a qué se dedicaban y cuánto dinero llevaban. En los documentos del viaje, que también tomó el funcionario mexicano, constaban los tiquetes aéreos de regreso, de alojamiento con todo incluido, los tours pagos y las pólizas de medicina prepagada. Posteriormente, el funcionario les pidió desbloquear los celulares y procedió a revisarlos. Y luego los llevaron a una habitación en la que había cámaras de seguridad, donde los dejaron incomunicados.
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Dos horas y media después de estar en ese cuarto, sin la posibilidad de comer y con otras personas de Colombia, un funcionario le dijo al médico que no podían ingresar a México porque sobre él pesaba una supuesta alerta migratoria emitida por las autoridades colombianas y relacionada con crimen organizado. Indignado, el profesional fue posteriormente custodiado mientras esperaba con su esposa y su hijo a que saliera el vuelo de regreso a Bogotá, y solo en el avión, la tripulación les entregó celulares, computadores y tableta.
“Fuimos víctimas de un trato xenófobo, racista y discriminatorio”
Esta historia la ha contado García Rincón una y otra vez, con todos los detalles posibles, por medio de cartas que ha enviado a distintas entidades nacionales e internacionales. Entre ellas, presentó la situación ante el Instituto Nacional de Migración de México y la Comisión Nacional de Derechos Humanos del mismo país. Además, ha tenido comunicación con el Consulado General de Colombia en Cancún.
En vista de que no ha recibido respuestas de México, se ha puesto en la tarea de que su caso escale y se convierta en un ejemplo de lo que han vivido y siguen viviendo cientos de colombianos inadmitidos en el país norteamericano, en ocasiones sin causas válidas y muchas veces en medio de malos tratos.
En la queja que radicó ante el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, el médico da cuenta de que según cifras oficiales mexicanas, en 2024 ese país inadmitió a 53.500 visitantes colombianos, “por razones que organizaciones humanitarias consideran mayoritariamente absurdas” e indicó que esa cifra equivale a un incremento del 82% en relación con los inadmitidos de 2023.
En la solicitud que hace al Alto Comisionado, con una situación que califica como violatoria de los derechos humanos, el profesional colombiano también asegura que él y otros ciudadanos de Colombia que van de turismo a México han sido tratados por parte de las autoridades de ese país como delincuentes y son devueltos al país tras recibir tratos humillantes, denigrantes y enmarcados en la xenofobia y la discriminación.
“Agradezco se haga eco de esta, que si bien es una queja/denuncia de una familia, describe perfectamente el trato denigrante y humilante que a diario muchos colombianos recibimos en los aeropuertos de México, sin justificación alguna, resultando inadmitidos sin justa causa”, se lee en el documento que el médico presentó a la ONU.
Por su lado, en tono similar se dirigió a la CIDH, donde en febrero pasado le indicaron que no era su competencia tratar una queja particular, pues ya había expuesto el caso de su familia, pero a donde acudió de nuevo para dar a conocer una situación de carácter colectivo en representación de otros colombianos que, según considera, han vivido en el país norteamericano una “conducta sistemática, reiterada, sostenida en el tiempo y cada vez más extendida de agentes del Estado mexicano”.
En la enumeración de irregularidades que el médico relaciona en la queja ante la CIDH habla de trato xenófobo, racista y discriminatorio; de dejarlos incomunicados; de una retención ilegal de varias horas; de restricciones a la movilidad; de maltrato psicológico; de obtención de datos personales (huellas dactilares, perfil biométrico de córnea) ante una presunción falsa de alerta migratoria emitida desde Colombia por supuestamente pertenecer al crimen organizado; y hasta falsedad en documento público. Esto último, porque, según García Rincón, la información que le dieron para indamitirlo correspondía a una alerta migratoria, pero “en comunicación con el
consulado de Colombia en Cancún, el acta de inadmisión daba cuenta de inconsistencias en la segunda entrevista, algo que no sucedió”.
Por ello, García Rincón solicitó a la Comisión que se señale al Estado mexicano como responsable de estos hechos y se conmine a reparar los abusos que sufrieron él y su familia, al tiempo que se le exija adoptar medidas que lleven a garantías de no repetición.
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