Una madre denunció que su hija de cuatro años con acondroplasia –baja estatura–, fue discriminada en uno de los parques de Happy City en Medellín, el pasado miércoles 5 de abril, en horas de la tarde.
La situación, según explica la mujer, ocurrió mientras la menor se encontraba departiendo con otras niñas en el centro de juegos infantiles. Estaban haciendo la fila para ingresar a uno de ellos, pero cuando llegó su turno, la persona encargada de la atracción y quien debía verificar la estatura de cada niño, como indica el reglamento, se negó a permitirle la entrada.
Por lo que la madre decidió hablar con quien aprobaba el ingreso a los menores, explicándole la condición de su hija, pero argumentó que eran políticas de la empresa. Así que solicitó hablar con alguien más, y obtuvo la misma respuesta; por lo que se vio obligada a pedir que quien administraba el sitio, se presentara en el recinto.
Finalmente pudo hablar con Jaime Salazar, jefe zonal de Happy City, con quien sostuvo un diálogo por casi media hora, el que tampoco quiso “ver y reconocer lo singular y particular que es mi hija (...) fue discriminada por su estatura. No fue mirada por su edad mental ni su capacidad física, sino simplemente por el tamaño de su cuerpo”, dijo.
Además, Salazar le sugirió que si las volvían a invitar a un cumpleaños en ese lugar, “lo mejor que podíamos hacer era no ir, ya que mi hija (...) no podría utilizar la mayoría de atracciones. Yo no podía de la rabia, pero me contuve y no le hablé más”.
La mujer también le dijo a EL COLOMBIANO que si bien reconoce que el asunto de la estatura puede ser una directriz que busca garantizar la seguridad de quienes ingresan a los juegos, considera que estos además de ser seguros, deberían de ser incluyentes, ya que no siempre “la talla corresponde a la edad”.
Después de que salieron de Happy City, relató la madre, fue la primera vez que la niña le preguntó por su estatura, pues no entendía por qué fue esa la razón para no dejarla ingresar a ese juego en particular. Pero ella no supo qué contestarle.
“Todo esto me hace preguntar si la operación de los parques de diversiones Happy City (...) están limitando el libre desarrollo de niñas y niños (...) con habilidades motoras y cognitivas diferentes, pero suficientes para enfrentar dichos escenarios, situación que además puede llegar a afectarlos psicológicamente de por vida”, concluyó.
Por lo anterior, este diario se comunicó con la administración del parque infantil Happy Citty para conocer su versión de los hechos, respuesta que fue conocida a través de un comunicado, en la que dieron de las razones por las cuales su personal el pasado 5 de abril, tuvo tal actuación.
Aseguraron que ya se habían puesto en contacto con la madre de la menor, y que le enviarán el reglamento al que debieron plegarse, razón por la que no permitieron el ingreso de su hija a uno de los juegos. Explicaron que se basaron en el “articulo 8 del reglamento Técnico para parques de diversiones, atracciones, o dispositivos de entretenimiento familiar, Reteparques, en Colombia (...) con la intención de velar por la seguridad e integridad de las personas”.
Así mimos, señalaron en la misiva, que iniciarán un proceso de “capacitaciones pedagógicas con nuestros colaboradores, para mejorar la comunicación que se le brinda a nuestros usuarios, con la intención de ofrecer un servicio más empático, humano y solidario”, dijeron.
