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Con muchas vallas y hasta juego sucio se adelanta la campaña en Medellín

Muchas candidaturas se valen del vacío de la ley y llenan la ciudad de propaganda política, solo permitida a quienes recogen firmas. Hay abuso y falta de control.

  • Varios precandidatos están amparados por la ley para tener elementos publicitarios porque están recogiendo firmas, pero otros estarían usando esta estrategia para adelantar campaña. FOTOS EL COLOMBIANO y Cortesía
    Varios precandidatos están amparados por la ley para tener elementos publicitarios porque están recogiendo firmas, pero otros estarían usando esta estrategia para adelantar campaña. FOTOS EL COLOMBIANO y Cortesía
  • Juan Carlos Upegui, precandidato a la Alcaldía de Medellín, y Esteban Restrepo, precandidato a la Gobernación de Antioquia, se ven en campañas de territorio. FOTOS Tomadas de Twitter
    Juan Carlos Upegui, precandidato a la Alcaldía de Medellín, y Esteban Restrepo, precandidato a la Gobernación de Antioquia, se ven en campañas de territorio. FOTOS Tomadas de Twitter
  • Luis Bernardo Vélez denunció que el equipo de Albert Corredor hizo que le desmontaran una de sus vallas para poner una de Corredor. FOTOS Cortesía
    Luis Bernardo Vélez denunció que el equipo de Albert Corredor hizo que le desmontaran una de sus vallas para poner una de Corredor. FOTOS Cortesía
  • El precandidato Lucas Cañas, quien tendría aval conservador, ya se ve con vallas y en las calles repartiendo billetes de mentiras con el mensaje “Lucas para todos”. FOTOS Tomadas de Twitter
    El precandidato Lucas Cañas, quien tendría aval conservador, ya se ve con vallas y en las calles repartiendo billetes de mentiras con el mensaje “Lucas para todos”. FOTOS Tomadas de Twitter
03 de mayo de 2023
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La premisa de darse a conocer mucho, y rápido, parece ser el común denominador de casi todos los precandidatos en Medellín para las elecciones de octubre. Movidos por ese afán tienen la ciudad inundada de vallas, pendones, camisetas, gorras, afiches, pasacalles y volantes con sus caras y nombres. Medellín parece en campaña hace rato, aunque solo el 29 de junio comienza la inscripción de candidaturas y el 29 de julio queda permitida la propaganda electoral en espacio público.

Algunos precandidatos son más moderados, unos se pasan de la raya con campañas anticipadas y otros empiezan a ser señalados de jugar sucio. Lo cierto es que este año, a la mayoría la sedujo el aval por firmas, lo que, en últimas, es para muchos una estrategia de visibilidad porque a la larga saben que tienen el aval de un partido. La Registraduría dice que son 30 grupos significativos de ciudadanos inscritos hasta el momento para recoger firmas, de los cuales 25 son de aspiraciones a la Alcaldía de Medellín y 5, a la Gobernación de Antioquia.

Según expertos, los que van por firmas están dentro de los parámetros de ley porque, justamente, buscan respaldo ciudadano ante la imposibilidad de que un partido les dé un aval. Esto les permite hacer actividades para recolectar apoyos, pero no para pedir que voten por ellos.

La realidad es que muchos de ellos no lograran mantener la campaña a esos cargos, pero sí les da la posibilidad de hacerse conocer para aspirar a ser elegidos en listas a Concejos y Asamblea, para lo cual requieren una mayor exposición dada la cantidad de aspirantes que se inscriben para esas corporaciones. Lo cierto es que, sin excepción, todos están con la mente puesta en conquistar votos.

Un sondeo hecho con precandidatos permitió concluir que, en promedio, una valla puede costar de $2.000.000 a $6.000.000 mensuales, pero los precios varían según la zona en la que estas se instalen, lo que se mide con criterios como el número de vehículos que circulan por un sector determinado.

Los sitios más cotizados son las de la avenida Las Palmas o la glorieta del aeropuerto de Rionegro, por lo que pueden estar entre las más caras. En un corregimiento la valla puede costar alrededor de $2.500.000 al mes.

Aunque varios que están recogiendo firmas no tienen aún este tipo de publicidad, otros ya han instalado hasta 10 vallas, como es el caso del precandidato a la Alcaldía Jaime Mejía, pero hay quienes llevan dos, tres o cinco. No todas se pagan de los bolsillos de los precandidatos, a unos se las han donado empresas o particulares. El caso es que parece ser un medio que gusta mucho entre los aspirantes para darse a conocer.

El vacío que algunos expertos consideran tiene la ley sobre propaganda electoral parece ser aprovechado por todos, pero hay casos más problemáticos, como el de quienes tienen aval de un partido y no están recogiendo firmas, pero ya comenzaron campaña. Dos nombres brillan con luz propia como ejemplo: Esteban Restrepo y Juan Carlos Upegui, de Independientes, las fichas del alcalde Daniel Quintero.

Juan Carlos Upegui, precandidato a la Alcaldía de Medellín, y Esteban Restrepo, precandidato a la Gobernación de Antioquia, se ven en campañas de territorio. FOTOS Tomadas de Twitter
Juan Carlos Upegui, precandidato a la Alcaldía de Medellín, y Esteban Restrepo, precandidato a la Gobernación de Antioquia, se ven en campañas de territorio. FOTOS Tomadas de Twitter

Campañas anticipadas

En consideración del politólogo Fredy Chaverra, ambos están pasando por alto la norma y valiéndose de dichos vacíos de la legislación electoral respecto a propaganda y campaña: “De entrada, para mí, hay una irregularidad. Por ejemplo, con Esteban Restrepo, porque no tiene sentido que se empiece a visibilizar como candidato, cuando todavía no se ha inscrito; ellos dirán que simplemente están contando que él es el candidato de Independientes”.

Restrepo y Upegui, candidatos a la Gobernación y la Alcaldía, respectivamente, se la pasan de evento en evento, de recorrido en recorrido, de reunión en reunión haciendo campaña. Pendones móviles, volantes, camisetas, gorras y discursos son comunes a donde van. Los dos tienen gerentes de campaña: Restrepo a Sergio López, exdirector de Planeación, y Upegui a Juan Guillermo Berrío, exsecretario de Participación Ciudadana.

Restrepo, quien no está recogiendo firmas, alteró la movilidad hacia La Alpujarra el pasado 5 de marzo para presentar su candidatura con una carrera deportiva en la que todos los asistentes lucían camisetas con su nombre; participa en eventos masivos proselitistas; ha recorrido municipios de varias regiones del departamento; desafía a otros precandidatos, a través de redes sociales con derrotarlos el próximo 29 de octubre; e, incluso, se comprometió con los habitantes de Rionegro a construir el intercambio vial a la entrada del aeropuerto José María Córdova y la doble calzada aeropuerto-La Tablaza.

Upegui no se queda atrás. Se le ve en reuniones y caminadas por los barrios, con personas que cargan a sus espaldas afiches que dicen “Juan Carlos Upegui, alcalde” o “Upegui escucha”. En palabras de su gerente de campaña, están construyendo el programa de gobierno “más participativo de la historia de Medellín”.

Recientemente, los dos exsecretarios de Quintero, Restrepo de Gobierno, y Upegui de la No-Violencia, generaron polémica luego de que venteros ambulantes denunciaran que los convocaron por WhatsApp a una asamblea informativa, pero que habría sido fachada de un evento político de los dos candidatos.

Tal como lo publicó EL COLOMBIANO, la invitación la enviaron desde el sindicato Unión General de Trabajadores Independientes, UGTI, y dijeron que funcionarios de la Alcaldía darían detalles sobre procesos de carnetización y formalización.

En el evento aparecieron Upegui y Restrepo, dieron discurso; entregaron gorras, camisas, botones, stickers y material publicitario para instalar en los carritos de los trabajadores informales; se tomaron fotos; y las publicaron en redes sociales diciendo que contaban con el apoyo de todos los venteros. Algunos los desmintieron, indignados porque se consideraron utilizados.

Otra cosa que comparten ambos candidatos es que están salpicados por señalamientos y denuncias sobre el uso de recursos públicos para apalancar sus campañas, mismos señalamientos que han caído sobre la exsecretaria de Salud Andree Uribe, quien asegura que partió cobijas con su exjefe Quintero y con el partido Independientes.

Hace poco se coló a un evento de presupuesto participativo para presentar su proyecto político y se le señala de tener apoyo de contratistas de Medellín Me Cuida Salud para impulsarla en redes y en el territorio. Hay quienes dicen que es un caballo de Troya del alcalde y otros que afirman que el distanciamiento es real y la estarían dejando sin burocracia en la Alcaldía.

De aprovecharse de los recursos públicos para hacer campaña también señalan a Albert Corredor, otro de los aliados del alcalde. Presiones a contratistas de la Secretaría de Educación para que le recojan firmas y le hagan campaña ha sido una constante desde diciembre, tema que investiga la Procuraduría.

Ya se señalan de juego sucio

En medio de este panorama desaforado por hacer campaña se empiezan a dibujar peleas y controversias, incluso, relacionadas con la publicidad en espacio público. En días pasados, el precandidato a la Alcaldía Luis Bernardo Vélez, que también recoge firmas, denunció campaña sucia de parte de Corredor. Un primer episodio ocurrió cuando Corredor ubicó una valla justo al lado de una que le donaron a Vélez, en San Juan con la 70. Posteriormente, afirmó Vélez, le bajaron otra valla donada de la avenida Oriental y, a cambio, subieron una de Corredor. “Esto se hizo sin consentimiento del dueño de la valla, del que me la donó a mí. Lo hicieron, al parecer, directamente con la agencia de publicidad, pero los dueños de la valla se quejaron formalmente”, señaló.

A esto se suman las del también precandidato a la Alcaldía Rodolfo Correa quien se ha quejado por la falta de transparencia en la contienda y hasta favorecimiento de la Alcaldía de Medellín a ciertas campañas para que usen el espacio público e instalen vallas, lo que puede salir hasta cuatro veces más barato que contratar espacios privados.

Correa aseguró que ya ha enviado dos solicitudes pidiendo permiso para instalar publicidad en espacio público, pero ambas le fueron negadas. En cambio en estos lugares sí han sido utilizados por precandidatos afines a la administración Quintero.

“Desde hace dos semanas, sistemáticamente, vienen impidiendo a mi equipo hacer publicidad para recoger firmas en el Centro, pero a escasas cuadras se observa un equipo de Juan Carlos Upegui haciendo publicidad, cuando él no está recogiendo firmas y nosotros sí”, indicó Correa.

Luis Bernardo Vélez denunció que el equipo de Albert Corredor hizo que le desmontaran una de sus vallas para poner una de Corredor. FOTOS Cortesía
Luis Bernardo Vélez denunció que el equipo de Albert Corredor hizo que le desmontaran una de sus vallas para poner una de Corredor. FOTOS Cortesía

Siguiendo con las vallas, el concejal Lucas Cañas, precandidato a la Alcaldía por el Partido Conservador, ha sido cuestionado porque también se le ve en plan de campaña aunque no está recogiendo firmas. Una de las cosas que más llamó la atención fue una valla que instaló con la imagen de un billete de $100.000 y la frase “Lucas para todos” al lado de su cara. En la publicidad no hizo referencia alguna a una candidatura, pero ahora se le ve en calles y semáforos entregando billetes de mentiras con el mismo mensaje, que parece querer posicionar como el lema de su campaña.

Y, al parecer, se dio cuenta de que no es buena idea estar ligado al alcalde Quintero, tan rodeado de escándalos, denuncias y con la peor favorabilidad de un alcalde de Medellín en los últimos 29 años.

Aunque Cañas ha sido de la coalición del gobierno y ha defendido a Quintero a capa y espada varias veces, ahora se le ve crítico en redes. De hecho, instaló una valla en la que su foto aparece al lado del mensaje “Carta contra Quintero” y da un correo electrónico para que la gente escriba una carta. ¿Juego de palabras?

El precandidato Lucas Cañas, quien tendría aval conservador, ya se ve con vallas y en las calles repartiendo billetes de mentiras con el mensaje “Lucas para todos”. FOTOS Tomadas de Twitter
El precandidato Lucas Cañas, quien tendría aval conservador, ya se ve con vallas y en las calles repartiendo billetes de mentiras con el mensaje “Lucas para todos”. FOTOS Tomadas de Twitter

En cualquiera de los casos, recordó Chaverra, todas estas actividades implican costos importantes y siempre será válido preguntarse de dónde sale la plata para financiar cada gasto en este momento, desde los recorridos por los barrios y el volanteo hasta la pauta en redes sociales, donde también ya se denuncian bodegas y bots para atacar a precandidatos opuestos.

Lo cierto es que desde el CNE está establecido que los grupos significativos de ciudadanos “tienen la obligación legal de reportar los ingresos y gastos económicos por cualquier concepto en el que hayan incurrido durante el período de recolección de firmas y hasta cinco días después de la inscripción de la respectiva candidatura”. Esto incluye anexo del informe de gastos de recolección de firmas y cargarlo en el aplicativo Cuentas Claras.

Algunos consideran que es posible que dinero gastado en esta época no se reporte, pues no hay un estricto control al tema, sumado a que hay una línea delgada entre lo legal y lo ético, en tanto que pueden jugar con la norma para argumentar que no están haciendo campaña, cuando evidentemente sí lo están haciendo.

Las reglas de juego

El magistrado del CNE César Lorduy reiteró que hay que establecer la diferencia entre campaña, propaganda electoral y divulgación política. Esta última es la que hacen los partidos y movimientos, con carácter institucional, para difundir y promover sus principios, programas y actividades, así como posturas frente a asuntos de interés nacional.

“Mediante este tipo de publicidad no se podrá buscar apoyo electoral para los partidos o movimientos. La divulgación así definida podrá realizarse en cualquier tiempo”. Muy diferente es la campaña electoral, que busca convocar a los ciudadanos a votar en un determinado sentido o a abstenerse de hacerlo.

Esta última incluye la propaganda electoral, aquella que “realicen los partidos, los movimientos políticos y los candidatos a cargos de elección popular y las personas que los apoyen, con fin de obtener apoyo electoral”, es decir, buscan votos. Dicha propaganda, según las normas, solo puede divulgarse dentro de los tres meses anteriores a la fecha de la respectiva votación cuando se trata de propaganda en espacio público.

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